La industria detrás de Historia de un oso y por qué debemos impulsarla
Porque en Chile existe ya el talento. Y es importante que nos demos cuenta que tenemos creadores de animaciones y artistas de gran nivel, y que debemos valorar más la animación local, a sus creadores, audiovisualistas e ilustradores digitales que hoy están teniendo un reconocimiento por su calidad.
Marcelo Román es Gerente General de ACTI
Dado el reciente premio Oscar que recibió el cortometraje chileno “Historia de un oso”, cabe preguntarse por la industria que existe detrás, dónde se desenvuelve el talento que crea proyectos como éste y por qué tomó tanto tiempo para que Chile pudiera destacar en una competencia internacional como ésta.
Un filme aplaudido no sólo por su historia, si no que por las múltiples técnicas de animación en 3D, cut out y 2D, haciendo uso de un CGI de gran calidad, para crear un mundo digital y transmitir el mensaje que buscaban entregar.
La animación digital que da vida a este filme se enmarca dentro de las Industrias Creativas del país, la que hoy representa sólo un 1,6% del PIB nacional, según datos de CORFO, una cifra muy baja si consideramos que ya vivimos en una economía digital que está cambiando las reglas y que está abriendo puertas para que los emprendimientos y la innovación generen productos creativos; considerando además que, en los países de la OCDE, el promedio es de 7%.
Sumado a ello, Chile es un país que actualmente tiene una baja diversificación productiva. Según datos de Aduana de 2012, el 63% de nuestras exportaciones corresponden a metales y productos ligados a materias primas, demostrando que nuestra matriz tiene poca influencia de tecnología y servicios y una alta dependencia en commodities.
Es en este contexto que CORFO está ejecutando desde inicios del 2015 los llamados Programas Estratégicos Nacionales que tienen por objeto transformar sectores tradicionales de nuestra economía a través de la incorporación de tecnología, expandiendo el abanico de posibilidades de desarrollo y diversificación de nuestra oferta exportable.
En el caso particular de la Economía Creativa, el trabajo se enfoca en el diseño de una hoja de ruta y acciones concretas que permitan llevar esta industria a niveles de desarrollo de países con los que pretendemos compararnos. Y es que, a pesar de la existencia del talento local en este ámbito, como queda de manifiesto con los innumerables premios recibidos en ésta área, donde posiblemente el Oscar es el de mayor resonancia mediática, seguimos siendo importadores netos de productos creativos.
Como ACTI hemos trabajado, apoyando a este sector desde hace varios años, patrocinando y gestionando una serie de iniciativas a través de la CORFO, organismo que en la medida de sus múltiples prioridades ha destinado recursos y esfuerzos a este sector, creando y potenciando instancias que permitan el escalamiento de los negocios creativos, la internacionalización de los bienes y servicios creativos, el desarrollo de plataformas habilitantes, la convergencia con tecnologías de la información y el conocimiento y la gestión del talento y formación de capital humano especializado.
Además, se está trabajando en el diseño de una hoja de ruta para los próximos 10 años, cuyas primeras fases estarán listas durante abril próximo, lo que permitirá seguir desarrollando esta industria con esfuerzos y visiones compartidas entre el sector público y el privado.
Se trata de un sector que para el país es clave, y que se encuentra en una etapa que requiere de un mayor impulso para su desarrollo futuro. Es un sector que no sólo genera empleos y agrega valor e ingresos, sino que favorece la identidad cultural, la inclusión social y el desarrollo humano del país, además de acortar la brecha digital que hoy existe y mantener en movimiento a la economía nacional, con la creación constante de nuevas empresas y proyectos.
Porque en Chile existe ya el talento. Y es importante que nos demos cuenta que tenemos creadores de animaciones y artistas de gran nivel, y que debemos valorar más la animación local, a sus creadores, audiovisualistas e ilustradores digitales que hoy están teniendo un reconocimiento por su calidad.
Y para avanzar al respecto, debemos incorporar al orden económico del país a sectores que actualmente no están siendo priorizados. Porque la revolución de las tecnologías de la información está modificando y acelerando la industria creativa, su estructura, los canales de distribución, las formas de trabajo y los modelos de negocio. Con este ritmo, la estrategia delineada hasta ahora se verá beneficiada con la incorporación de elementos contenidos en la actual agenda digital, la que se alinea con el programa marco de los Programas de Especialización Inteligente y con la labor que viene desarrollando el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.