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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Valparaíso, un ejemplo sobre cómo hacer ciudad

Con la autogestión y apoyo de los vecinos, pasó de ser un foco de vulnerabilidad ambiental y social, a un área verde y punto de encuentro de la comunidad.

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Isabel Serra Benítez es Arquitecta Laboratorio Ciudad y Territorio UDP.

Valparaíso es una de las ciudades patrimoniales más hermosas del mundo, además de un importante centro cultural, comercial, industrial y político para nuestro país. Esto, sin embargo, contrasta con problemas como la gestión de residuos, deficiente infraestructura urbana y falta de áreas verdes, lo mismo que ocurre en diferentes sectores de la capital y otras ciudades de Chile.

Pero en el caso de Valparaíso, vale la pena destacar un hecho con el que los vecinos están buscando hacer frente a estos problemas para convertir su entorno en un lugar más seguro y con mejor calidad de vida. Se trata del proyecto de Parque Ecológico emplazado en el Cerro Larraín, precisamente donde antes se ubicaban las Escuelas N°36 y N°37 que en 1975 fueron destruidas por un incendio quedando desde entonces en situación de abandono y posterior microbasural.

El año 2010 la Junta de Vecinos Nuevos Horizontes comenzó la recuperación del terreno de las ex escuelas,  sitio de propiedad de Bienes Nacionales de 1.200 metros cuadrados que poco a poco se convirtió en un proyecto de rehabilitación urbana para la construcción del “Parque Escuela 36” del Cerro Larraín.

Con la colaboración técnica de la agrupación comunitaria META y el apoyo de instituciones como CONAF, la Municipalidad de Valparaíso y el Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, hoy, este espacio es un lugar para la recreación de los vecinos. Cuenta con mobiliario, jardineras, espacios habilitados para actividades culturales, además de una huerta urbana, área de compostaje y punto limpio para reciclar botellas plásticas. A su vez, el parque ha generado cuatro empleos permanentes para vecinos del cerro a través del Programa de Empleos de CONAF.

De este modo, el sitio, con la autogestión y apoyo de los vecinos, pasó de ser un foco de vulnerabilidad ambiental y social, a un área verde y punto de encuentro de la comunidad del Cerro Larraín y de Valparaíso.

Para cimentar este proceso, en octubre de 2014 la Junta de Vecinos solicitó formalmente a la SEREMI de Bienes Nacionales la concesión de uso gratuito del terreno. Años atrás, dicha SEREMI había entregado concesiones a instituciones que no cumplieron ni las mínimas exigencias de éstas, como cercar y limpiar el predio, lo que hubiera evitado la generación del microbasural.

A la espera de la respuesta de Bienes Nacionales, la comunidad del Parque Escuela se mantiene trabajando para avanzar en un ejemplo concreto de recuperación urbana. Creemos que el Estado debe abandonar su obsesión por focalizar subsidios de vivienda y empezar a construir ciudad a partir de políticas territorializadas que fomenten la cohesión social. Este cerro y su gente son un ejemplo para comenzar a pensar y sistematizar una política integral de barrios y así abandonar de a poco la lógica subsidiaria.

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