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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Encierro, populismo y Javiera Blanco

La Ministra con sus declaraciones manifiesta su ingreso a una clase política populista que lucha por generar “sensación” de seguridad en vez de garantizar seguridad en serio. La paradoja radica en que Chile es un país sustantivamente seguro.

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Macarena Albornoz es Directora del departamento de DDHH de la ONG Leasur.

Durante estos últimos días la Ministra de Justicia Javiera Blanco encendió luces de alerta tras la concesión de libertad condicional a 1300 internos. En sus palabras: “Tener 1300 personas en libertad es una cárcel que se abrió” afirmó.

La Ministra con sus declaraciones manifiesta su ingreso a una clase política populista que lucha por generar “sensación” de seguridad en vez de garantizar seguridad en serio. La paradoja radica en que Chile es un país sustantivamente seguro. La tasa de homicidio en Chile es de 3,7 personas por cada 100 mil habitantes, pero presenta una sensación de inseguridad similar a la de Honduras, donde la tasa de homicidio es de 82,1 personas por cada 100 mil habitantes.

Para acceder al beneficio de libertad condicional, la población penal debe cumplir exigentes requisitos consistentes en exhibir una conducta intachable durante la condena, haber cumplido la mitad del tiempo de la sentencia (por regla general), asistir a talleres laborales con regularidad y participar en programas educacionales. La Comisión de Libertad Condicional es omnipotente y tiene incluso la facultad de rechazar la libertad condicional a internos/as que cumplen con todos los requisitos.

Como el lector puede prever, alcanzar conducta intachable durante años y asistir a talleres laborales y educacionales es una hazaña que pocos pueden contar. Los requisitos son casi imposibles de cumplir. El hacinamiento y sobrepoblación generan un clima de violencia permanente (que puede terminar en una tragedia como la de la cárcel de San Miguel) y los cupos a talleres son escasos y se utilizan más como beneficios que como derecho.

La Ministra por tanto, más que criticar, debiese abocarse a generar cambios en un tema que ella conoce de sobra, tal como lo hacía en sus tiempos de líder desde la sociedad civil. En su tesis de Magíster, disponible en Internet, la ex Directora de Paz Ciudadana declaraba: “[Necesitamos] esfuerzos en temas de capacitación y entrenamiento laboral, así como también en educación y habilidades sociales al interior de los recintos carcelarios (…) De este modo, quienes han permanecido parte de sus vidas recluidos tras las rejas, podrán enfrentar una vuelta al medio libre con mayores y mejores herramientas.” Por último, la misma FPC ha destacado una y otra vez que los egresados con libertad condicional tienen menores tasas de reincidencia que quienes cumplen su condena de forma efectiva.

Desde Leasur ONG, creemos en la necesidad de dictar una ley de ejecución penitenciaria que fije criterios razonables y democráticos para acceder a beneficios penitenciarios, así como la instalación de tribunales de ejecución penal. La presencia de jueces independientes es imprescindible tanto para romper con la manipulación política de la delincuencia como para evitar estas vueltas de chaqueta de quienes suponían ser leales a una agenda política de seguridad en serio.

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