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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Cuando los medios nos arrojan a los leones

La evidencia científica y las agencias de periodistas especializadas en cobertura de crisis recomiendan evitar los detalles sobre el método suicida, la palabra “suicidio” en titulares, publicar fotos o cartas de la persona, poner la noticia en la portada, ser reiterativos con la noticia, o simplista en el análisis; todo lo contrario a lo que hemos observado desde el sábado.

Por Cigiden
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Cigiden es Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales. Investigadores de clase mundial en geociencias, ingeniería y ciencias sociales capaces de comunicar los avances científicos y tecnológicos en un lenguaje que los profesionales de emergencia, tomadores de decisión y público general puedan entender.

Drs. Gonzalo Bacigalupe, Paula Repetto, Rodrigo Figueroa, y Humberto Marín
Investigadores del Centro de Investigación sobre Desastres Naturales, CIGIDEN

La cobertura periodística del intento de suicidio de un hombre en el Zoológico Metropolitano, mostró el desmedido interés de los medios por ser los primeros en informar sin preocuparse del impacto en las personas; de la víctima y su familia, como de los testigos directos. Algo que ya hemos visto en la comunicación de desastres.

Inmediatamente después del hecho una radioemisora trató de obtener el nombre de la víctima. ¿Intentaba la radioemisora tener una primicia? ¿Se enteraron los familiares de la víctima a través de la radio? A continuación se procedió a entrevistar a los testigos, quienes además de haber estado expuestos a una situación potencialmente traumática, tuvieron que relatarla minutos después de ocurrida como si fuera un reality. Y mientras, los que no fuimos testigos, incluidos niños, nos enteramos al día siguiente por medio de una prominente foto en un medio escrito de la víctima con los leones. Y el día que escribimos esta nota, se publicó la carta escrita por la víctima antes de que intentara suicidarse.

Ninguna de estas acciones periodísticas eran necesarias para dar una cobertura adecuada a un evento del cual los ciudadanos merecen enterarse. Se trata, al fin y al cabo, de la vida de una persona en peligro. La cobertura periodística debió haber impulsado una discusión informada acerca de la salud mental en nuestro país, el cuestionamiento del cautiverio de animales salvajes, o la reacción de la comunidad respecto a un intento de suicidio. Sin embargo, para las víctimas directas y para aquellos que presenciaron los sucesos, el tipo de cobertura periodística que tuvo el evento sólo contribuyó a consolidar los aspectos traumáticos de la experiencia. Es un tipo de comunicación que impide la resolución sana de un evento doloroso y potencialmente traumático, que estigmatiza a las víctimas, y no contribuye a proteger su salud y la de los testigos.

La evidencia científica y las agencias de periodistas especializadas en cobertura de crisis recomiendan evitar los detalles sobre el método suicida, la palabra “suicidio” en titulares, publicar fotos o cartas de la persona, poner la noticia en la portada, ser reiterativos con la noticia, o simplista en el análisis; todo lo contrario a lo que hemos observado desde el sábado.

La comunicación en crisis, muy presente como tema en los medios durante este fin de semana, es un área consolidada del conocimiento en las ciencias de los desastres y emergencias. Así, cuando los medios de comunicación olvidan la evidencia respecto a cómo fortalecer la resiliencia después de accidentes graves, desastres y catástrofes, nos encontramos todos en la jaula de los leones.

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