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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Todas y todos a la movilización: es momento de vencer

Son miles los estudiantes que ya están de alguna u otra forma vinculados con la movilización. Sorprende la fuerza de los estudiantes secundarios quienes han planteado con fuerza su crítica al actual sistema de financiamiento de la educacional escolar. Sorprende la cantidad de estudiantes de universidades privadas no-tradicionales se movilizan, muchos de ellos contra las prácticas y el lucro de sus propias instituciones (UNAB). Sorprende que incluso los estudiantes con menores niveles de organización de y participación (CFT e IP) también digan presente en las jornadas de movilización.

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Javiera Reyes es Economista U. de Chile, estudiante de magister, Presidenta Ceic 2014 y vicepresidenta FECh 2015 y 2016.

Se respira un aire de movilización. Al llamado de movilización que hiciera la Confech el sábado pasado en la plenaria realizada en la Universidad Arcis se han plegado diversas universidades y carreras; nuestros compañeros y compañeras han llenado las asambleas y hay un estado de alta participación para las actividades agendadas en los paros; las jornadas de movilización han mostrado alta convocatoria y ya son más de 50 los liceos que se encuentran en toma.

Universitarios y secundarios estamos iniciando un proceso de movilización cuyos alcances aún no es posible proyectar. Este proceso nuevamente tiene su centro en las demandas educacionales: particularmente en la necesidad de fortalecer la educación pública, altamente precarizada y dejada de lado, tanto en el sistema escolar como en la educación terciaria.

Son miles los estudiantes que ya están de alguna u otra forma vinculados con la movilización. Sorprende la fuerza de los estudiantes secundarios quienes han planteado con fuerza su crítica al actual sistema de financiamiento de la educacional escolar. Sorprende la cantidad de estudiantes de universidades privadas no-tradicionales se movilizan, muchos de ellos contra las prácticas y el lucro de sus propias instituciones (UNAB). Sorprende que incluso los estudiantes con menores niveles de organización de y participación (CFT e IP) también digan presente en las jornadas de movilización.

La movilización está aún en su período inicial. Probablemente de aquí a la próxima movilización de la Confech (9 de junio) tendremos muchos más liceos y universidades movilizadas que el día de hoy.
La ofensiva del movimiento social no está pasando por casualidad, ni porque se hayan cumplido 5 años de las movilizaciones del 2011 o 10 años del pingüinazo. Me parece que son tres los factores que están posibilitando una movilización de estas magnitudes.

En primer lugar, la unidad y la madurez del movimiento estudiantil. Poco a poco –y no sin dificultades– ha ido primando la unidad y la amplitud entre los sectores movilizados. Los sectores “aislacionistas” de la Confech han ido perdido fuerza y gracias a esto se han podido convocar a movilizaciones unitarias con las distintas organizaciones de estudiantes secundarios y también al último paro de la CUT. La falsa radicalidad que desprecia la unidad entre los actores sociales (y también la unidad del movimiento social con la ciudadanía) se ha visto superada por la necesidad de converger y luchar unitariamente por nuestros derechos. Sin unidad del mundo social no tendríamos la fuerza para vencer.

Segundo, una hoja de ruta programática clara que se ha materializado en contundentes petitorios nacionales. En abril la CONES definió un documento que contiene como principales exigencias un trato preferente a los liceos públicos, un nuevo sistema de financiamiento y mejoras en infraestructura. En la última plenaria la Confech se zanjó un petitorio que está siendo refrendado en todas las universidades y que contiene como ejes principales el fortalecimiento de las instituciones del Estado, el establecimiento de un Marco Regulatorio que termine con el mercado en la educación y un nuevo sistema de financiamiento que asegure la gratuidad universal. Hace muchos años que por lo menos la CONFECH, no tenía un documento como este: un documento hecho para la movilización, con claridades programáticas y que define con precisión los cambios que los universitarios queremos.

En tercer lugar, un contexto de reforma educacional. La movilización se está desarrollando en el marco de la discusión de dos proyectos educacionales emblemáticos en el parlamento, Nueva Educación Pública y la Reforma a la Educación Superior. Aun cuando este último proyecto no se envía al parlamento, la vinculación de la movilización con el debate nacional es claro: no vamos a permitir que en el marco de las reformas educacionales las demandas de los secundarios y universitarios queden fuera. Este año es el año en que nuestra energía movilizadora se transforme en victorias estudiantiles.

Tenemos todas las condiciones para que este sea un año de lucha y de victorias. Tenemos a nuestras compañeras y compañeros involucrados en la discusión educacional; un movimiento social con capacidad de enfrentar unitariamente este proceso; una hoja de ruta programática clara y un objetivo compartido. Es momento de seguir acrecentando la fuerza movilizadora, de volcarla creativamente en las calles. Es momento de que la movilización se ponga al servicio de la conquista de una nueva educación escolar y superior. Es momento de vencer.

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