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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Las ventajas de ser invisible

PPK se encuentra en una situación delicada. Si por un lado está básicamente sentado en la silla presidencial, por otro se presenta como un gobierno sin gobernados: muchos de los que votaron en Pedro Pablo Kuczynski no están diciendo ‘sí’ para él como presidente, ellos simplemente votan ‘no’ al fujimorismo.

Por Bruna Fonseca de Barros
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Bruna Fonseca de Barros es Periodista y asistente de investigación. Cursó un Magister en Relaciones Internacionales en la PUC Chile. Ha trabajado en la redacción de Infolatam. Twitter: @bru_fbarros

Cuando el conteo rápido de votos dio las primeras señales de que el ganador de las elecciones presidenciales peruanas podría ser Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no era él quien discursaba con energía en la “PPKasa”, apareciendo solamente después, afónico, en un rápido pronunciamiento para sus simpatizantes. El hombre invisible, candidato de un partido sin forma y contenido, apostó por la “estrategia” let it go y va venciendo – por un margen mínimo. PPK cuenta hasta el momento con 50,11% de los votos y Keiko con 49,88%, a 99.180% de las actas contabilizadas. Los resultados finales se conocerán oficialmente este fin de semana según el jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Mariano Cucho.

Esta inesperada victoria muestra más que un Perú dividido, es un ejemplo explícito de la fuerza que tienen las identidades negativas (anti) hoy y en la historia del país. Como explica Rogelio Núñez, asesor de contenidos y analista de Infolatam, desde el siglo XIX la política peruana es movida por el voto anti “algo”, o lo que llaman “el mal menor”: con destaques para el anti aprismo y anti fujimorismo. Carlos Meléndez, politólogo peruano de la consultora 50+1 y columnista de El Comercio, explica que el anti fujimorismo no se une solamente por el rechazo a la vuelta del apellido Fujimori al poder presidencial. El politólogo demuestra que cuanto más a la izquierda, por ejemplo, más chance hay que un individuo esté contra el fujimorismo, además, en lo que se refiere a régimen político, los anti fujimoristas se posicionan como más pro democracia que la media en Perú.

Tanto Keiko como Kuczynski no lograron absorber de qué se trata el fenómeno anti fujimorista. La primera no pudo reconocer e identificar los distintos tipos de anti fujimorismo para entonces crear una estrategia. El segundo, a partir de una visión deficiente del electorado, no logró convencer a todos los grupos anti fujimoristas. Citando a Roger Fisher en este contexto, “no es suficiente saber que ellos ven las cosas de manera diferente. Si usted quiere tener influencia, es necesario que comprenda con empatía el poder de su punto de vista, y que sienta la fuerza emocional con la que lo creen los demás. No es suficiente estudiarlos como si fueran escarabajos bajo el microscopio; es necesario saber cómo se siente el escarabajo.”

La persona de Pedro Pablo Kuczynski, así como el partido que lleva las iniciales de su nombre, no reúne las características demandadas para enfrentar a Keiko Fujimori. Asimismo, con 77 años, blanco y de ascendencia europea, el tecnócrata de centroderecha no fue bendecido con el don del carisma para comunicarse y conectarse con la gente. Sin embargo, tamaña invisibilidad fue menor que el voto anti fujimorista en sí. El PPK cuando se encuentra con las fuerzas de una sociedad tan polarizada como es la peruana actualmente, confirma la primera ley de Newton. El anti fujimorismo actuando en PPK lo pone en un movimiento uniforme – en el último momento- y, por inercia, un cuerpo en movimiento tiende a continuar en movimiento. El cuerpo en reposo que era PPK recibió incluso votos de sectores de izquierda. Keiko, por lo tanto, no pierde para Kuczynski, Keiko pierde para el anti fujimorismo.

PPK se encuentra en una situación delicada. Si por un lado está básicamente sentado en la silla presidencial, por otro se presenta como un gobierno sin gobernados: muchos de los que votaron en Pedro Pablo Kuczynski no están diciendo ‘sí’ para él como presidente, ellos simplemente votan ‘no’ al fujimorismo. Además, de los de 130 parlamentarios elegidos, 73 pertenecen a Fuerza Popular. El país tendrá desde el día uno un nuevo gobierno con problemas de estabilidad política. “En Perú no ha pasado esto tan claramente antes, y creo que no tenemos el bagaje ni la tradición para lidiar con un gobierno tan dividido, vamos a tener problemas de gobernabilidad y representación política”, observa Meléndez. Para concluir el conjunto de la obra, PPK cada vez más se muestra un partido débil y con muchas disputas internas. Las ventajas de ser invisible terminan ahora que Pedro Pablo Kuczynski se hace ver por primera vez, como el próximo presidente peruano.

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