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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Bachelet y Fernández: el abrazo de la traición

Para quienes lucharon por un cambio político, social y cultural de avanzada, la actitud de Michelle Bachelet, es simplemente una traición a sus ideales. Y para la Iglesia numeraria del Opus Dei, la decisión de Mario Fernández en defender, como Jefe de Gabinete, el Proyecto Ley de Despenalización del Aborto, también es una traición.

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María Teresa Larraín es Periodista.

La Presidenta Michelle Bachelet firmó esta semana la peor decisión de su vida política. Al nombrar a Mario Fernández Baeza, como nuevo ministro del Interior, cercenó los principios básicos del Gobierno de la NM: tolerancia, laicismo y muy en especial, puso paños fríos a la agenda sobre temas valóricos.

El nuevo ministro del Interior tiene bajo su manga un compromiso religioso que no podrá eludir. Al comprometer su acción política consecuentemente con ser parte de la Orden Opus Dei, no podrá agilizar proyectos leyes contrarios a sus principios. Salvo que, maquiavélicamente “todo sea por una mejor causa” y se quede allí sirviendo a Dios y al Diablo al mismo tiempo.

El Opus Dei, cuyo nombre en latín significa “Obra de Dios”, fue creado en Madrid en 1928 por el sacerdote español Josemaría Escrivá de Balaguer, o Beato de la Iglesia. Tiene como finalidad el que los católicos laicos sientan la religión como una fuerza que dirige cada minuto de sus vidas y no sólo se limita a actividades como ir a misa o confesarse con un sacerdote.

El énfasis está puesto en servir a Dios en el trabajo, tratando de lograr la perfección en cada tarea que se les asigne. El especialista británico Stephen Tomkins, autor de “Breve historia de la cristiandad”, lo explica de esta manera: el Opus Dei exige una especie de voto monástico, aunque no en un monasterio sino en medio de la sociedad.

Desde el punto de vista doctrinario, la “Obra” sostiene una posición ultraconservadora y es contraria al divorcio, el aborto, la anticoncepción, la eutanasia, la clonación y los derechos de los homosexuales.

Dicho esto, ¿cree alguien que Mario Fernandez Baeza, el nuevo Jefe de Gabinete deseche un compromiso de fe asumido durante toda su vida?

Las mujeres no olvidamos que fue Mario Fernández Baeza quien se unió a la UDI para frenar el trámite legislativo de la píldora del día de después. Ello en el año 2006 cuando fuera miembro del Tribunal Constitucional.

Entonces señaló que no podía fallar a favor del medicamento porque su creencia religiosa le impedía hacerlo. Como Secretario General de la Presidencia, bajo el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos señaló en el año 2002 que se restaría de la discusión sobre un proyecto de Ley de Divorcio.

“Estoy contra del divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo. Creo en todo lo que dice el cardenal. Él es mi autoridad religiosa”, señaló. La Ley de Divorcio fue promulgada el 17 de Noviembre del 2004 con la nueva Ley de Matrimonio Civil bajo el Gobierno de Lagos. Pero el ya no era miembro del Gabinete.

El Ministerio del Interior es clave en el quehacer político y de seguridad pública. Quien desempeñe el cargo deberá servirlo más allá de su compromiso religioso y valórico. La diversidad religiosa es lo que hace grande a una comunidad. El sectarismo la empequeñece y la liquida.

Las declaraciones de Mario Fernandez Baeza dichas en esta última década obedecen a ese estilo sectario que como comunidad nacional luchamos por extirpar. Hoy se yergue ante nosotros como una espada fría dispuesta a detener el avance político, social y cultural logrado con tanto ahinco en las últimas décadas. Es retroceder un siglo.

¿Qué pasó por la mente de la Presidente para borrar con el codo lo que antes escribía y defendía como militante socialista y agnóstica? Es la pregunta que la opinión pública se hace hoy, especialmente aquella que la eligió como Jefe de Estado.

Para quienes lucharon por un cambio político, social y cultural de avanzada, la actitud de Michelle Bachelet, es simplemente una traición a sus ideales. Y para la Iglesia numeraria del Opus Dei, la decisión de Mario Fernández en defender, como Jefe de Gabinete, el Proyecto Ley de Despenalización del Aborto, también es una traición.

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