Garbage y su nuevo disco “Strange little birds”
En total son once canciones, las cuales a ratos revelan una tendencia a la música industrial, con una batería electrónica que es protagonista y una Shirley Manson frágil y emocional tanto en sus letras como en la interpretación. No es amor a primera vista pero a medida que el disco avanza se convierte en un tórrido romance.
Bárbara Alcántara es Periodista especializada en música. Instagram: chicarollinga
Hace un par de semanas un amigo escribió en Facebook lo bueno que era el nuevo disco de Garbage titulado “Strange little birds”. Yo lo había escuchado un par de veces y no me había llamado la atención. ¿La verdad? hasta me había lateado un poco. A pesar de eso y como se trata de un regreso importante, hace cuatro años que no publicaban material inédito (“Not your kind of people” salió a la venta el 2012), decidí que éste sería el tema de mi nueva columna y me obligué a escucharlo durante toda la semana.
“Strange little birds” va de menos a más. El track de inicio, “Sometimes” es poco digerible, tiene una atmósfera tensa y para mí, es excesivamente oscuro. Después viene el hit “Empty” con el cual aparece aquel Garbage de los noventa y el estilazo característico de la gran frontwoman Shirley Manson, quien canta desde lo más profundo de sus sentimientos, especialmente en “Blackout” y en la grandiosa balada “If I lost you”. Igualmente se destacan canciones como “Even though our love is doomed” (la cual ha sido aclamada por la critica especializada) además de la pegajosa y popera “Magnetized”. Las letras, en su mayoría compuestas por la vocalista escocesa, hablan de amor, celos, desamor y soledad.
Garbage mantiene su estética. Shirley Manson (que está a punto de cumplir cincuenta años) sigue robándose la película con esa actitud rockera que a ratos deja ver una onda media gótica. Su pelo sigue de distintos colores, sus labios siempre pintados de rojo pasión y su vestimenta sigue caracterizándose por sus clásicos vestidos cortos y ajustados que dejan ver sus lindas piernas enfundadas en medias de red.
La mayoría de las publicaciones sobre el disco afirman que la banda, liderada por el productor y baterista Butch Vig (responsable de joyas noventeras como el “Nevermind” de Nirvana y el “Siamese dream” de The Smashing Pumpkins) vuelve a sonar como en sus inicios. Puede ser, hay bastante de esa época, sin embargo los dos primeros registros del conjunto, “Garbage” (1995) y “Versión 2.0” (1998) son producciones rebosantes de hits y canciones oreja que marcaron a una generación. Actualmente la agrupación estadounidense no tiene ese objetivo, “Strange little birds”, al igual que el disco anterior, fueron publicados por el sello que ellos crearon, es decir, son completamente independientes. Por lo tanto, no están obligados a sonar en las radios y eso les permite darse el lujo de hacer la música que les plazca aunque sea menos masiva.
En total son once canciones, las cuales a ratos revelan una tendencia a la música industrial, con una batería electrónica que es protagonista y una Shirley Manson frágil y emocional tanto en sus letras como en la interpretación. No es amor a primera vista pero a medida que el disco avanza se convierte en un tórrido romance. Definitivamente es la entrega más sombría y experimental de Garbage, banda que este año cumple veintidós años de carrera, motivo que los tiene de gira mundial y los trae a Chile el 14 de diciembre en donde presentarán un show íntimo en el Teatro Coliseo. Ahí estaremos.