Secciones El Dínamo

cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Cómo conseguir los votos de los ciclistas (y sus amigos)

Las ciclorecreovías merecen ciertamente una mención especial en su candidatura. Si no han llegado aún a su comuna, prométalas, y si ya están, prometa su extensión. Son tirar y abrazarse porque a la gente les encanta.

Compartir

Rodrigo Quijada es Miembro de Ciudad Viva - Ingeniero de Transporte

Evelyn Matthei decía hace unos días que se había puesto a estudiar urbanismo para poder competir mejor por Providencia. Seguramente no es la única aspirante a alcalde que busca algunos tips rápidos para ganar adherentes ahora que las elecciones municipales se nos vienen. Por eso ofrezco aquí este artículo como guía ultra corta -¡pero no me la mire en menos!- que le servirá a usted, candidato regalón, para atraer algunos miles de votos que podrían hacer la diferencia: los ciclistas de su comuna y sus amigos.

Anote.

Ciclovías sí, claro. Prométalas. Pero ese es punto base porque hasta el más gil de los candidatos las prometerá aunque no sepa nada del tema. ¿Quiere diferenciarse? ¿Ganar el voto extra? Hable de ciclovías de alto estándar, diciendo que usted cumplirá las recomendaciones del Manual de Diseño; un documento producido recientemente por el MINVU con mucha participación de agrupaciones ciclistas (en eso está el plus). Salvo Santiago y Providencia, pocas comunas pueden decir que cumplen ese estándar, así que en ese ámbito hay espacio para que usted muestre su conocimiento (que podría lucir aún más pegándole una leída al menos diagonal al Manual…)

¿Quiere diferenciarse más aún? Hable más de cicleteros (o bicicleteros, ambas palabras sirven) que de ciclovías! Lo que el típico candidato poco ducho en estos temas siempre olvida es que las bicicletas deben llegar a alguna parte y estacionarse. Exista o no ciclovía, la capacidad de estacionarme es crucial y suele ser un problema simplemente por la escasa provisión de cicleteros en la ciudad. La gracia aquí es que es un problema facilísimo de resolver: son baratos y hay montones de espacio en la ciudad donde ponerlos sin molestar. Y será aplaudido con ganas. Prometa miles, no se arrepentirá. (hay un Manual de Bicicleteros del MINVU también!)

No se enrede con el tema de los robos de bicicletas. Los ciclistas regulares saben que usando un “candado tipo U” tienen excelente seguridad, y lo que más necesitan es que el cicletero exista (esa es su pega, candidato) y esté colocado en un lugar con visibilidad; mientras más ojos, mejor, por lo que los cicleteros en el espacio público funcionan perfecto. Y en todo caso, el ciclista de verdad sabe que, al igual que el automovilista, es posible que algún día le roben la bici, pero eso no va a ser el fin de la vida.

Hable con tranquilidad en contra del ciclismo en veredas. Aunque le cuesta creerlo, la abrumadora mayoría de las organizaciones ciclistas (sí, los Furiosos Ciclistas incluidos) abogan porque los ciclistas se bajen de la vereda, espacio que reconocen del peatón. Y no es raro porque los ciclistas con experiencia encuentran más cómodo andar por la calle, usando la vereda solo estratégicamente, por aquí y por allá muy acotadamente. Son los ciclistas novatos los que prefieren las veredas, comprensiblemente porque aún no agarran la confianza necesaria. Así que tranquilo, hable de proteger al peatón, que los ciclistas lo aplaudirán.

Hablando de peatones, pasemos ahora a medidas no para ciclistas, sino para “sus amigos”. Me refiero con eso a aquellos que andan poco y nada en bici pero que comparten con aquellos la aspiración de una ciudad a escala humana, con mucho espacio público peatonal, que proteja el movimiento de niños y ancianos, y con un transporte público a la europea. ¿Qué puede usted prometer en eso, amigo candidato?

Cópiele sin asco a Carolina Tohá, la alcaldesa de Santiago porque lo que ella ha hecho es el ABC. Lo que recomiendan todos los libros e informes en el mundo especializados en este tema, ella lo hizo: peatonización de calles (Placer), ensanche de veredas (Santo Domingo), convertir calles para uso exclusivo del transporte público (Compañía de Jesús), cierres de calles de fin de semana (ciclorecreovías), además de, por supuesto, ciclovías (Teatinos) y cicleteros. La alcaldesa armó todo en un Plan Integral de Movilidad, cuya mayor peculiaridad es que… ¡se ha llevado a la práctica! muy por el contrario de tanto plan de transporte que se anuncia solo para la foto. No le dé mucha vuelta, sea práctico, impulse un plan como el de Tohá y obtenga los votos.

Las ciclorecreovías merecen ciertamente una mención especial en su candidatura. Si no han llegado aún a su comuna, prométalas, y si ya están, prometa su extensión. Son tirar y abrazarse porque a la gente les encanta. El sistema de ciclorecreovías ha estado creciendo con ritmo y ya suma en Santiago 23 kilómetros, sin contar 9 kilómetros extra en el Parque Metropolitano Cerro San Cristóbal, con una afluencia estimada de al menos 20 mil personas. Y ya ha demostrado su capacidad para operar en regiones gracias a Antofagasta, además de estar empezando a ofrecer nuevas variantes como versiones nocturnas. Es pura buenas vibras esta cosa, y es tan fácil sumarse gracias a que el paquete ya está armado redondito gracias a la empresa que da vida a todo esto, fundada por un matrimonio enamorado del concepto de ciudad peatonal. Lo que es usted, candidato, no desaproveche la oportunidad de vestirse con esta historia de éxito: prométalo usando fotos y estadísticas disponibles en www.ciclorecreovia.cl en sus panfletos electorales, no fallará.

Para la tercera edad usted tiene una medida extra: los semáforos. Éstos le pertenecen a los municipios pero en las principales ciudades quien los programa es la UOCT (Unidad Operativa de Control de Tráfico del Ministerio de Transporte). En pos de mover más y más tráfico motorizado, ha habido una tendencia de la UOCT de acortar el tiempo para que crucen los peatones, cosa que a la mayoría de nosotros solo nos genera una molestia al forzarnos a apurar el paso, pero que para los ancianos es horroroso. Pero la UOCT ya notó que se extralimitó y está ahora en un proceso de volver a tiempos más humanos. Lo que un alcalde preocupado del tema haría, entonces, es ponerle la máquina a la UOCT para que reprograme a la brevedad los semáforos de mi comuna con criterios aptos para la tercera edad. Y si la UOCT se demora, cambiarlos directamente, pues como acabo de decir, la propiedad última del semáforo es de la municipalidad. Dígale eso a los ancianos y gánese más votos.

Por último, le dejo una pelota boteando junto al arco: En su última cuenta pública, Carolina Tohá dio el dato muy interesante de que el primer lugar en las estadísticas de reclamos en la comuna de Santiago es… autos mal estacionados. Ya quisieran otras comunas que ese fuera su peor problema, sin duda, pero la cosa es que esto habla de cómo ha subido en el último tiempo la preocupación ciudadana por la “saturación automotriz” a nuestro alrededor. Sacar a los autos de veredas, platabandas y jardines, será un tema para los alcaldes que vienen. Así que en estas elecciones prometa recuperar los espacios peatonales del apetito voraz de los automóviles y luego escuche los aplausos.

Léenos en Google News

Notas relacionadas

Deja tu comentario

Lo más reciente

Más noticias de Opinión