Mujeres en el mundo de la empresa y la falta de oportunidades
"Es necesario que las mujeres trabajadoras y profesionales en especial aquellas que ocupan cargos de alta dirección, promovamos un cambio al interior de nuestras empresas".
Andrea Orellana es Consultora en capital humano y cuenta con 20 años de experiencia en el sector de educación técnico profesional y capacitación y administrando corporaciones sin fines de lucro. Actualmente realiza consultorías relacionadas con capital humano y apoya la inclusión de mujer profesionales a través de Red MAD, donde es socia fundadora.
Tenemos un gran desafío frente a la desigualdad laboral. Estas semanas las noticias para las mujeres trabajadoras no han sido muy alentadoras, la encuesta del INE suplementaria de ingresos nos muestra que la brecha salarial entre hombre y mujeres lejos de disminur ha aumentado 1,9 puntos porcentuales para el ingreso medio, consolidando una brecha salarial del 30% para los datos del año 2015 y la encuesta Confianza e Imagen Empresarial de la Sofofa-Cadem, que por primera vez incorpora una mirada de genéro, dan cuenta de los grandes desafíos que enfrentamos las mujeres trabajadoras al interior de nuestras organizaciones.
Primero esta el acceso al mundo de la empresa, en donde un primer desafío es la falta de apoyo para el cuidado de nuestros hijos y una mirada muy incipiente sobre la parentalidad en donde hombres y mujeres son responsables de la crianza. Luego, al interior de las organizaciones, nos enfrentamos a una falta de igualdad de trato, de recibir el mismo sueldo y de oportunidades de ascenso, que finalmente reflejan la baja participación de las mujeres en los cargos de alta dirección y en los directorios (6%) en donde tanto hombres y mujeres manifiestan que es por falta de oportunidades y no por falta de experiencia y trayectoria.
Frente a un escenario adverso, es necesario que las mujeres trabajadoras y profesionales en especial aquellas que ocupan cargos de alta dirección, promovamos un cambio al interior de nuestras empresas, impulsando iniciativas visibles y de impacto que permitan que todas esas características positivas distintivas de nuestro liderazo puedan potenciarse aportando al desarrollo del mundo de la empresa. Si no hacemos nada, perderemos talentos y la oportunidad de transformar a la empresa en un espacio de crecimiento para hombres y mujeres por igual.