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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La imprudencia del reformismo afectó a la economía chilena

Lógicamente el paraíso que es Chile para invertir, es un paraíso donde nadie quiere ir. Y el gran responsable de esta coyuntura, no es el precio del cobre sino la pérdida de ingresos por crecimiento económico. Y ahí la responsable es la presidenta Bachelet y su equipo económico, sobre todo Arenas.

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José Francisco Cuevas Vila es Ingeniero Comercial Magister en Economía UNAB -IEDE, Cursando Maestría en Política Económica en el SMC University

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés entregó a la Cámara de Diputados el presupuesto para el año 2017, el cual es el menos expansivo de la administración Bachelet. El gasto público aumentara solo un 2.7%. Con eso Chile defiende su reputación de 20 años o más de ser un país que cumple con reglas fiscales. Algo que no se puede perder.

Esto nos hace un lugar atractivo para invertir y de paso ayuda al próximo gobierno a no enfrentar un escenario más complejo. Al menos eso quieren que creamos: que somos muy responsables.

La realidad es que en 2017 tendremos un crecimiento económico del 2,25%, el cual se puede ajustar a la baja. El precio del cobre se pone cada vez más alto y da la idea de que no es un error casual. El déficit fiscal pasará del 2.8% al 3.3% como porcentaje del PIB, habrá un gran deterioro en las cuentas nacionales y un sobreendeudamiento de 11.500 millones de dólares que solicitará Hacienda. Lo que más preocupa es el tamaño del Estado: el cual será de 24.3% del PIB, el mayor desde 1990.

El nivel de deuda que tiene Chile como porcentaje del PIB es de alrededor de un 20%. Este año 2016 creceremos al 1.79% y el año 2014 crecimos al 1.9%. Esto es un desastre económico. Y además quieren usar el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) para seguir gastando. No creo apropiado en tal situación aumentar el número de parlamentarios y seguir aumentando el gasto público.

Ahora lo complejo va a ser que en periodos de elecciones los políticos no traten de aumentar ese 2.7% en gasto público. Si crece aún más el presupuesto estaremos entrando a un terreno peligroso.  Ni siquiera somos capaces de crecer al 2.7%.

El gran drama de esta situación es que necesitamos recursos y necesitamos crecer. Hay compromisos en salud, educación y pensiones que no podemos eludir. ¿Y qué hacemos ante este panorama tan complejo? Nuestro PIB potencial también se derrumbó. Tenemos una nula reducción de la pobreza y son los pobres los que más sufren los malos gobiernos. Las pymes vienen de mal en peor, se han cerrado bastantes empresas y con ello ha aumentado el desempleo.

En contrapartida los grandes grupos económicos que supuestamente pagarían más impuestos, se han ido a invertir a otros países y el escenario para ellos es de indiferencia absoluta. Ellos, contrarios a los pobres, sacan sus recursos e invierten en otros países. Los malos gobiernos los afectan de manera marginal. Y esperan el regreso de Piñera o Lagos. En estas condiciones no sería raro que uno de ellos se bajara de la carrera presidencial.

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