La tarea de valorar y valorarse: en el día de la Educadora de Párvulos
Necesitamos educadoras y educadores de párvulos con profunda vocación, con ganas de aprender constantemente, que sean capaces de innovar y con deseos de ser verdaderos expertos en su rol. Deben haber recibido una formación inicial de excelencia, saber de didáctica, pedagogía, psicología, neurociencias.
El rol de la educación parvularia en el desarrollo humano es fundamental, pues se ocupa de aprovechar y encauzar las posibilidades que brinda una etapa clave en la vida de los seres humanos: los primeros años de vida. Mucho se habla desde el área de las neurociencias sobre la mayor cantidad de conexiones neuronales que existen entre los 0 y los 6 años. Lo más importante es que en esta etapa se sientan las bases de la personalidad, del desarrollo cognitivo y socio-emocional, se aprende a vivir en comunidad, a relacionarse. Para ello, contar con modelos educativos de calidad, que promuevan las interacciones efectivas dentro del aula, que sean facilitadores de los aprendizajes que los niños adquieren a través de la curiosidad y la exploración, es crucial.
Es por esto que necesitamos educadoras y educadores de párvulos con profunda vocación, con ganas de aprender constantemente, que sean capaces de innovar y con deseos de ser verdaderos expertos en su rol. Deben haber recibido una formación inicial de excelencia, saber de didáctica, pedagogía, psicología, neurociencias. Pero también deben tener las cualidades personales que les permitan buscar el aprendizaje continuo, y mantenerse siempre informados e insertos en la contingencia sobre nuevos métodos de enseñanza y nuevos proyectos e iniciativas.
Todo lo mencionado anteriormente no es poco, ciertamente, para exigir de un profesional. Exigimos a los educadores de párvulos lo que necesitamos de los profesionales del mañana, pues serán ellos quienes los formen. Pero en general, como sociedad, estamos muy poco dispuestos a entregarles la valoración que se merecen, pues se cree que sólo juegan y cuidan a los niños, y se tiende a ver a los establecimientos de educación parvularia más como guarderías que como espacios de aprendizaje.
Otra discriminación es la que tiene que ver con las remuneraciones: según datos publicados por Elige Educar, los educadores de párvulos reciben un sueldo mensual bruto al 5to año de egreso un 50% menor al promedio de las otras profesiones. Además, su entrada a la carrera docente no será ni al mismo tiempo ni con los mismos beneficios que la de los profesores. Se prevé que aquellos que trabajan en los niveles de transición —es decir, prekínder y kínder— de los colegios públicos ingresen en 2018. Los que trabajan para Fundación Integra y los jardines infantiles vía transferencia de fondos (VTF) comenzarían a ingresar por cuotas el año 2020, en grupos de 20% hasta 2025. Aún no se encuentra claro qué ocurrirá con la JUNJI.
En Fundación Educacional Oportunidad trabajamos —a través de nuestro proyecto “Un Buen Comienzo”— por mejorar la calidad de la educación que reciben los párvulos del sistema público entre 4 y 6 años desde la vereda docente: empoderamos a educadoras y educadores, entregándoles herramientas, construyendo junto con ellos capacidades y desarrollando habilidades, todo esto de manera colaborativa, considerando siempre su punto de vista, su experiencia y sus aprendizajes directos en sala. De este modo logramos además que ellos mismos sientan mayor valoración por lo que hacen, dado que ven el impacto de sus acciones y los resultados de sus innovaciones directamente en los niños.
Es por ello, porque hemos visto de lo que son capaces nuestros educadores de párvulos cuando se les entrega confianza, se los acompaña, capacita y empodera, que nos gustaría hacer un llamado en su día a estar siempre abiertos a nuevos aprendizajes, a tomar conciencia de que el rol que cumplen en la vida de mucho niños es fundamental, que el poder de las interacciones que tienen a diario con ellos es enorme y que en sus manos está darles a esos niños más y mejores oportunidades. Los exhorto a que se atrevan y a que no pierdan nunca la pasión por el importantísimo trabajo que realizan: brindar a los niños la educación inicial que necesitan y que merecen.