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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Trayectorias de innovación desde la academia

El conocimiento y la actitud pro-mercado del equipo encuentran resistencia cuando obligan a desechar años de trabajo en una tecnología. Para ello se puede aprovechar la formación en programas tipo go-to-market, academias y concursos de ideas.

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Carlos Torres Fuchslocher es Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad Santa María y Doctor Philosophiae de la Universidad de Leipzig Alemania. Desde 2006 es profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca, donde es Director Ejecutivo del Centro de Sistemas de Ingeniería -Kipus. Es apasionado por la eficiencia energética, padre de tres hijos y sus pasatiempos favoritos son las actividades al aire libre y la creación de inventos.

Al término innovación le atribuimos un significado bastante amplio. Sin embargo, el efecto esperado es el mismo, la generación de valor.

La velocidad con que el conocimiento se divulga hace que el valor se erosione rápidamente, lo que nos lleva a un concepto dinámico de la innovación o trayectoria de innovación, en que el valor se construye y sostiene en el tiempo, a través de innovaciones consecutivas.

Una trayectoria de innovación requiere de: ideas; equipos, donde estas ideas puedan iterar continuamente y donde confluya conocimiento técnico y de mercado; vasto conocimiento, que permita la combinación de tecnologías; capital, para su materialización y sustentabilidad; trabajo sistemático en el tiempo; y una buena dosis de proclividad al riesgo. Esta combinación tampoco es cuestión de suerte ni es gratis, debe construirse.

En la construcción de una trayectoria de innovación, desde la academia, el dominio del estado del arte suele no ser un inconveniente. La constitución de un equipo, la actitud pro-mercado y la disponibilidad de capital para asumir el riesgo del desarrollo son los mayores desafíos.

La constitución de un equipo de trabajo sostenible debe enfrentar las restricciones Universitarias a la contratación de profesionales por largo plazo. La fidelización puede encontrarse a través de la creación de spin-offs o a través de incentivos concretos.

El conocimiento y la actitud pro-mercado del equipo encuentran resistencia cuando obligan a desechar años de trabajo en una tecnología. Para ello se puede aprovechar la formación en programas tipo go-to-market, academias y concursos de ideas.

Respecto de la disponibilidad de capital, las empresas de base tecnológica en Chile son limitadas y compiten con la colocación de recursos en sectores tradicionales de alta rentabilidad (legítima o ilegítima). Por lo tanto, el desarrollo y colocación en el mercado de productos a partir de investigaciones pasa necesariamente por: una estrecha colaboración con empresas (principalmente extranjeras), el éxito de un spin-off o bien, queda sujeto a la caridad de un empresario entusiasta con recursos disponibles compitiendo con el glamour de la viña propia.

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