El gran negocio de la Política
Si bien se habla mucho sobre la igualdad ante la ley e igualdad de trato, claramente en nuestro país pertenecer al mundo político da una serie de garantías y redes a las cuáles jamás tendrá acceso un ciudadano promedio. Casos hay por montones, es cosa de ver los cambios patrimoniales que han tenido alcaldes, diputados y senadores, además de ex-Presidentes.
José Francisco Cuevas Vila es Ingeniero Comercial Magister en Economía UNAB -IEDE, Cursando Maestría en Política Económica en el SMC University
En nuestro país tenemos dos grandes problemas que afectan directamente a nuestra democracia. Uno sin lugar a dudas es la mezcla entre política y negocios, pero el otro quizás derivado del mismo y más grave aún es el gran negocio que ha significado para muchos políticos el utilizar su cargo para beneficios personales. Muchas veces llegando a enriquecerse en el ejercicio del cargo. En términos prácticos ser político es un muy buen negocio.
No conozco a nadie que les exija un voto de pobreza a nuestros servidores públicos, pero de ahí a enriquecerse hay tremendas diferencias. Muchos políticos operan como carteles; las comisiones de ética no dan sanciones significativas; y existe un nepotismo desbordado.
Nuestra clase política está dentro de las mejores pagadas a nivel mundial. Aún así deja bastante que desear la preparación académica o experiencia previa en áreas de interés nacional de algunos parlamentarios. El estatus económico obtenido gracias a la política, incentiva a muchos a repostular infinitamente al cargo. Parte del Congreso no ganaría jamás esos sueldos en el sector sector privado.
Si bien se habla mucho sobre la igualdad ante la ley e igualdad de trato, claramente en nuestro país pertenecer al mundo político da una serie de garantías y redes a las cuáles jamás tendrá acceso un ciudadano promedio. Casos hay por montones, es cosa de ver los cambios patrimoniales que han tenido alcaldes, diputados y senadores, además de ex-Presidentes.
Sería muy importante no sólo ver los beneficios económicos que poseen luego de dejar los cargos, sino cuál era su patrimonio de origen antes de ejercer el cargo público. Creo que nos encontraríamos con más de una sorpresa.
Dado lo anteriormente expuesto me pregunto ¿Cuál era el patrimonio de los ex-presidentes Frei, Lagos, Bachelet y Piñera antes de asumir y cuál es luego de dejar su cargo? Un país que habla tanto de crisis política y transparencia podría al menos entregar esta cifra o realizar alguna investigación. Y lógicamente hacerla extensiva para Senadores, Diputados, ministros, etc. Este mecanismo es una gran oportunidad para que los políticos decentes que existen se diferencien de los corruptos.
Cuando se le pide a la sociedad aumentar la carga tributaria, se aumenta a un ritmo de un 20% los presupuestos fiscales y los temas que más preocupan como salud, seguridad, vivienda, educación, pensiones siguen igual o peor.
No cuadra la simple aritmética. Es decir a mayor ingresos disponibles no se ve una mejora en los bienes públicos otorgados por el Estado. Y claramente hay problemas de gestión, pero no podemos mirar al techo la creciente corrupción que experimenta Chile.