El “freno de mano” al proceso constituyente y la oportunidad de campaña
El mayor desafío de Lagos en esta materia será salir de su zona de confort y definir si está junto a los sectores conservadores de la Nueva Mayoría, que prefieren que sea el Congreso el que discuta la nueva constitución, o por la idea de la Asamblea Constituyente, devolviendo a la participación a los ciudadanos y abrazando de esa forma las banderas progresistas.
Daniel Ibáñez es Presidente de la Fundación Participa
Es indudable que el proceso constituyente impulsado por el Gobierno ha perdido protagonismo en la agenda pública en los últimos meses, dando cuenta de algún modo que el comité político ha venido poniendo el freno de mano a esta iniciativa, en lo que es un evidente guiño a los sectores más conservadores de la coalición gobernante que no estaban convencidos de avanzar hacia una nueva carta fundamental.
Esto se ha ido materializando en el importante retraso que ha tenido la sistematización de los resultados de la etapa de participación ciudadana, que debían culminar con la entrega de las “Bases Ciudadanas para una Nueva Constitución” en octubre, pero que finalmente se entregará a la Presidenta Michelle Bachelet durante enero de 2017, cuatro meses después del itinerario original.
Dicha situación pone en riesgo el cumplimiento del compromiso Presidencial de enviar al Congreso el Proyecto de Nueva Constitución y el Proyecto de Reforma Constitucional que habilitaría al Congreso que asume el 2018 para definir los mecanismos por los cuales se discutiría la nueva Constitución, pero lo que resulta más grave, es que si la próxima Administración no está comprometida con este desafío, el proceso constituyente impulsado por Michelle Bachelet, no pasará de ser un anécdota.
En ese sentido, el anuncio del ex Presidente Ricardo Lagos de lanzar el segundo libro de su iniciativa “Nuestra Constitución” durante los primeros días de enero, coincidiendo con la entrega de las “Bases Ciudadanas para una Nueva Constitución” y a pocos días de lo que será su proclamación como candidato presidencial por parte del Partido Por la Democracia (PPD), resulta ser una jugada maestra del ex Mandatario para lograr reinstalar en la agenda pública el debate Constitucional. Además, de posicionarse y dar una importante señal en un tema que logra unificar y ordenar a los sectores progresistas, y forzando a los demás precandidatos a pronunciarse.
Sin embargo, el mayor desafío de Lagos en esta materia será salir de su zona de confort y definir si está junto a los sectores conservadores de la Nueva Mayoría, que prefieren que sea el Congreso el que discuta la nueva constitución, o por la idea de la Asamblea Constituyente, devolviendo a la participación a los ciudadanos y abrazando de esa forma las banderas progresistas.