Infancia banalizada

La crisis que hoy estamos viviendo en Chile en relación a las respuestas de cuidado y desarrollo de los niños, niñas y adolescentes (NNA) que han sido gravemente vulnerados en sus derechos y que han sido separados de sus padres con el fin de darles un mejor espacio de crecimiento, está interpelando a todos los sectores de nuestra sociedad, incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil que se hacen parte de la oferta de programas para este grupo de NNA.

Consideramos necesario referirnos a la banalización de la infancia por parte de la política pública, a la cuestionable dificultad para constituirse en un tema relevante para el país y dejar de discutir desde los juicios desinformados o descontextualizados, por ejemplo, hacer comparaciones de infraestructura de un centro actual con uno de hace más de 50 años atrás. La protección de nuestros NNA no pasa únicamente por vivir en un espacio físico digno, ya que no se trata sólo de “albergar”, sino también de reparar y restituir los derechos vulnerados, educar, modelar formas de relación sanas y apropiadas que permitan vinculaciones positivas entre NNA y sus cuidadores. Ello requiere ingresos de diverso tipo que garanticen la reparación del daño causado, a través del apoyo integral proporcionado por equipos auxiliares, técnicos y profesionales de calidad.

Sí, el Estado y la sociedad civil han avanzado en una mejor y mayor protección, pero no alcanzan a estar a la altura del cuidado necesario para los NNA de nuestro país. Si bien puede parecer que hoy se están transfiriendo muchos recursos a las instituciones sin fines de lucro que trabajan con SENAME, ese número abultado no refleja lo que finalmente se distribuye por cada NNA que está actualmente en el sistema, en esto es posible afirmar que esos montos en la mayoría de las entidades colaboradoras sin fines de lucro sólo cubre aproximadamente el 50% del costo que implica ofrecer un servicio adecuado para cada NNA. Las organizaciones sin fines de lucro apalancan ingresos propios movilizando también a los ciudadanos en hacerse parte de lograr que esto suceda, es decir, apoyar al Estado en contar con los recursos necesarios; es importante también señalar que existe un número importante de establecimientos de la Sociedad Civil que sin recibir apoyo, generan programas para la misma población de NNA, buscando innovar y ser una respuesta de apoyo para ellos. Sin embargo, esto no resta en el desafío de continuar avanzando en los estándares de calidad de atención al que cada NNA tiene derecho.

En este contexto, consideramos importante dejar de justificarnos y endosarnos unos a otros la responsabilidad de esta crisis, eso impide el avance desde la colaboración y poniendo realmente en el centro de la discusión a los NNA y que historia queremos que cuenten de sus vidas en el futuro.

Esta interpelación nos tiene que movilizar desde el hacernos cargo en lo que a cada sector le compete, como también en cómo nos hacemos parte de la solución. Solución que conlleve el enfoque de derechos, lo cual demanda cuatro garantías: legislación adecuada, institucionalidad, presupuesto y oferta programática. Bajo esta óptica, todos los sectores tenemos algo que hacer, y ya es tiempo de hacerlo.

Nicole Romo
Mesa Técnica de Infancia
Comunidad de Organizaciones Solidarias

Margarita Guzmán
Fundación Sentido

Lisette Allende
Fundación María de la Luz

Ricardo Evangelista
Fundación María Ayuda

Daniela Vergara
Corporación CCM

Delia Del Gatto
Fundación Mi Casa

Anais Moraga
Fundación Pléyades

Ximena Calcagni
Fundación San José

Beatrix Loos
Corporación Juntos e.V

Blanquita Honorato Lira
Fundación Padre Semeria

Francisca Fillol
Fundación Infancia Primero

Juan Pablo Orlandini
Aldeas infantiles SOS

Paulina Pinto
Asociación de Damas Salesianas