Discriminación y doble estándar

El país se ha visto remecido por hechos de violencia, algunos bastante inéditos, como fue el paquete con explosivos enviado al hogar del presidente a Ejecutivo de Codelco, Óscar Landerretche, y que le causó lesiones leves. A este incidente debemos sumar lo sucedido en Cañete, Región del Biobío.

Más que entrar al análisis del tema jurídico, es decir, si se debe aplicar o no la Ley Antiterrorista, o de definir si es delincuencia común o violencia política, me quiero referir a la forma de reaccionar de las autoridades del país, incluyendo a la Presidenta Bachelet, Ministros y otras figuras públicas.

En el caso del señor Landerretche, me parece bien la reacción solidaria de la Jefa de Estado -a través de su cuenta de Twitter- y las visitas del Subsecretario Aleuy, del alcalde de La Reina y de la presencia inmediata del fiscal asignado a la causa. Además de todas las declaraciones de solidaridad de los distintos sectores del país, manifestando preocupación por un atentado de este tipo, el que afortunadamente no tuvo consecuencias graves.

Pero en el caso de Cañete, nos informamos que, además de los daños materiales -que son habituales por la escalada de incendios que suceden día a día- se supo que incluso un perro sufrió la furia de los autores siendo torturado hasta matarlo. Pero este salvajismo no paró ahí, porque quemaron vivo al modesto cuidador del predio, el Sr. José Retamal.

Llama la atención que en este caso no hemos visto condolencias ni mensajes de solidaridad de la Presidenta, ni siquiera ha lamentado el hecho, lo que no se condice con alguien que dice ser parte de una coalición de Gobierno como es la Nueva Mayoría que se llena la boca diciendo que defienden a los trabajadores.

Sra. Presidenta y Señores Ministros: Don José Retamal era un trabajador. Los que cuidan un predio son trabajadores agrícolas que merecen el mismo respeto y consideración humana que el Presidente de Codelco.

Uno se pregunta: ¿Qué pasa por la mente de quienes tienen la discriminación como bandera de lucha, pero que en los hechos discriminan y minimizan lo que le pasa a un modesto trabajador para así bajar el perfil a un problema de violencia que ya se les escapó de las manos?

Me impactó escuchar por la radio a la hija de este trabajador asesinado a los 48 años de edad, clamando justicia y pidiendo que las autoridades no le bajaran el perfil a este atentado criminal.

Ojalá su testimonio fuera, al menos, escuchado por las máximas autoridades de este país para ver si, de una vez por todas, dejan de mirar para el lado ante esta violencia que no ocurre en la comuna donde vive la Presidenta y que tanto les impactó, sino que ocurre en nuestro querido sur de Chile y ocurre casi todas las noches.

Ojalá se cambie esta lamentable manera de actuar y veamos a las máximas autoridades del país asumir sus responsabilidades y preocuparse de la seguridad y de la calidad de todos los chilenos, y no de algunos pocos privilegiados.