Menos politiqueo, más educación y fuera Cavieres
Cavieres tiene un lindo currículum, pero el papel aguanta mucho. Le falta calle y también necesita urgente de eso que un profesor de mi universidad resumía en “TTC” o bien llamado el tacto, tino y criterio.
Macarena Ilabaca Burrows es Periodista. He pasado por radio, televisión y medios digitales. Donante por opción y no porque la Ley lo dice. En Twitter @macailabaca
No porque seamos caprichosos también queremos que salga Aaron Cavieres, nos urge tener autoridades que sepan cómo reaccionar ante emergencias. Sus amigos no nos sirven, sus cuoteos tienen a siete mil personas con el esfuerzo de toda una vida hecho ceniza.
Si de lecciones se trata, la última catástrofe natural que nos azotó nos dejó hartas cosas en limpio y tal vez la más triste es confirmar que nos falta tanto, y tanto que nos queda corto el término. Demasiado para llegar a pensar que hay un grupo pidiendo reforma educacional, y ni con educación gratis se nos va a pasar.
Y viene lamentablemente de la clase política que hoy maneja el país, que no sabe dar las gracias y que no conoce la humildad. Y da para pensar quién tiene la culpa, si son los rostros (Presidenta o Ministros) o sus asesores que no están haciendo bien su trabajo.
Partamos por el hombre del momento: Aaron Cavieres. Le quedó tan grande el poncho que de suerte no terminó hundido, porque su chaleco salvavidas fueron las autoridades, que de paso, son una vergüenza por haberlo hecho.
Cavieres tiene un lindo currículum, pero el papel aguanta mucho. Le falta calle y también necesita urgente de eso que un profesor de mi universidad resumía en “TTC” o bien llamado el tacto, tino y criterio.
Primero dijo que los aviones no servían y en realidad eran bien útiles. Después aseguró que los incendios no se apagaban con agua, ¿y qué lleva bomberos además de retardantes? AGUA.
El mismo sentenció que los terrenos eran rugosos e irregulares y que ningún avión nivel Global Super Tanker servía, y vaya que no, 40 descargas y toneladas de agua que SÍ fueron claves para que el fuego no siguiera destruyendo todo lo que tenía a su paso. Pero bueno, no servía decía muy convencido el Ingeniero Forestal.
El mismo (en esa icónica entrevista con nuestra colega Carla Zunino) nos trató sutilmente a la “gallá” (como usted y yo) de que éramos unos ilusos y que cerca estábamos de seguir creyendo en el viejo pascuero, por pedir a gritos y a través de redes sociales, que el gobierno le mandara a nuestros compatriotas aviones para amagar el incendio.
Y como si no bastara todo lo anterior, tuvo la desfachatez y con honestidad brutal de decir que su trabajo no depende de los brigadistas, y alto ahí… en rigor no, pero ¿quién le apaga los incendios a la Conaf? Los brigadistas y no sus jefes que lo designaron por cuoteo – amiguismo político.
Para colmo de males, sus jefes le prestan ropa y salen entre varias autoridades a respaldarlo. Pero quien superó toda defensa corporativa fue el ministro de Agricultura Carlos Furche que salió diciendo: “Tengo la convicción de que sin la Conaf este incendio no hubiese podido ser apagado en los plazos que fue apagado”.
¿Repasemos? Antes de la Conaf – y jamás olvidando el rol de nuestros brigadistas que son mal pagados y que sobreviven a pésimas condiciones laborales – están los bomberos que se desplegaron con la misma cantidad de voluntarios que tiene el Cuerpo de Bomberos de Santiago, el más grande todo Chile con 22 compañías.
Antes de la Conaf están los aviones, los helicópteros, el apoyo internacional, las Fuerzas Armadas y los camiones aljibes de cada una de las municipalidades que se volcó en ayuda.
Y para este punto, la Corporación Nacional Forestal está agónica, porque sin el aporte de privados que nos permitió traer el Global Super Tanker y helicópteros para combatir el fuego, la historia sería distinta y la catástrofe tendría números distintos en fallecidos, damnificados y suelo dañado.
Lo anterior no es porque sea una Lucy Avilés fan, aunque sí como gran parte del país estoy muy agradecida de que nos haya regalado la esperanza del Global Super Tanker, el que alentara a la donación de Luksic que alargó la estadía.
Y sí como todos ustedes, quedó en mi retina ese primer día que el avión fue a descargar agua, se me pararon los pelos y me emocioné tanto como cuando dan el último cómputo en la Teletón. Fue un momento cebolla, hermoso e inolvidable. Una anécdota para los nietos.
Y volviendo a lo que nos convoca. Están profundamente equivocados si creen que estamos esperando que se bajen los pantalones con los privados, pero sí que den las gracias. Es urgente que nos den una señal que están aprendiendo de los errores, no que empeoren la patología agudizada que tiene enfermo al gobierno, ser tan mal hechos y estar permanentemente tirando para abajo. Fueron rotos, de esos que dan vergüenza. Señoras y señores autoridades lo cortés no quita lo valiente.
No porque seamos caprichosos también queremos que salga Cavieres, nos urge tener autoridades que sepan cómo reaccionar ante emergencias. Sus amigos no nos sirven, sus cuoteos tienen a siete mil personas con el esfuerzo de toda una vida hecho ceniza.