Glass Animals, el secreto mejor guardado de Lollapalooza 2017
En términos generales, Dave Baylay y compañía abrazan diversas líneas musicales, la más palpable es el trip hop que fusionado con un experimental indie rock le dan un segundo aire a la tendencia que estalló en los noventas.
Bárbara Alcántara es Periodista especializada en música. Instagram: chicarollinga
El cuarteto originario de Oxford llega hasta Santiago para presentarse en la primera jornada del festival Lollapalooza que se realizará el 1 y 2 de abril de este año. Sin tanta fanfarria y con una discreta irrupción en la escena musical actual, los ingleses llegan antecedidos por dos discos cuyo pop experimental tiene mucho de trip hop mezclado con electrónica, algo de hip hop e indie rock. Incluso se pueden percibir tintes de rythm and blues. Una amalgama poco frecuente para músicos que crecieron en una ciudad cuyas influencias musicales están ligadas a la melancolía y a un rock más bien depresivo y emocional.
Liderados por Dave Bayley quien canta, compone y produce, la agrupación se completa con Joe Deaward en la batería, Edmund Irwin-Singer a cargo del bajo y teclados y por último, Drew MacFarland en la guitarra, teclados y coros. Los cuatro amigos se conocen desde los trece años. Mientras estaban en la universidad editaron un par de EP’s y tocaban en boliches de vez en cuando. De hecho, el 2010 debutaron en la Jericho Tavern, un bar donde Radiohead también se presentaba en sus inicios.
Cuatro años después y ya titulados de sus respectivas carreras universitarias, lanzan ZABA (2014), bajo el alero del sello Wolf Tone, que pertenece al productor Paul Epworth, quien ha trabajado con Coldplay, Foster the people, The Rapture y Adele, entre otros. ZABA es un disco que, a ratos, suena parecido a Massive Attack; sin embargo la característica diferenciadora son sus detalles y variedad de texturas musicales. Es como si el oyente entrara en una selva para vivir una experiencia multisensorial, rebosante de sensualidad, atronadoras percusiones afro y mágicos sonidos orgánicos que lo convierten en una entrega pop, rock, electrónica, amazónica, experimental, tropical, alucinógena, tribal, etc. Muy difícil de encasillar.
Gracias a dicha publicación, la banda sale de gira como teloneros de St. Vincent y Metronomy; durante este período Bayley se dedica a recopilar historias de personajes anónimos que posteriormente usa como inspiración para “How to be a human being” (2016), un segundo disco plagado de sintetizadores que parecen sacados de una película de ciencia ficción ochentera. Son once canciones más digeribles que las de la entrega anterior, cuya narración, se centra en relatos de individuos bizarros y crípticos. Se trata de un trabajo menos experimental que el debut pero no por eso menos envolvente e innovador.
En términos generales, Dave Baylay y compañía abrazan diversas líneas musicales, la más palpable es el trip hop que fusionado con un experimental indie rock le dan un segundo aire a la tendencia que estalló en los noventas. Igualmente, los hipnóticos sintetizadores, la poderosa batería electrónica junto con la voz de Baylay —que se destaca por los distintos matices que puede alcanzar— dan vida a un conceptual estilo propio que transforman a Glass Animals en un imperdible de Lollapalooza 2017.