Que se acaben las Isapres

El caso MasVida es inaudito, por lo menos: ¿Cómo es posible que se obligue a los clientes a financiera una deficientes gestión privada-empresarial?; Recordemos que rige un “corralito” que impide a sus clientes salirse de la Isapre y es peor, si no pagan caerá todo el peso de la Ley de Cobranza y sus lucrativos beneficios, es decir, se ha obligado a clientes a financiar una muy mala dirección de empresas.

La legalidad del “corralito” está en tela de juicio y mientras haya esperanza de cambiar el sistema que así, sea.

Expongo mis argumentos para terminar con las Isapres:

Obligación de cotizar: El hecho que la Isapres sepan cuánto es nuestra ingreso, implica saber con cuanto dinero dispondrán, justificando el excesivo cobro para deficientes planes y cobertura de salud, es decir, la obligación a cotizar determina el precio y los malos programas.

Preexistencia: Que canalla sistema hemos creado que expulsa a los clientes de las Isapres hacia el sector publico -FONOSA- si hay alguna enfermedad que ya exista, es decir, no solo cobran mucho sino que cubren poco (arbitrariamente)

Para qué hablar de la vejez: Entre enfermedades que nacen, típicas de la edad, a la tercera edad, se la castiga; después de dedicarles décadas siendo fiel a una empresa o al sistema de salud. El canallesco sistema de Isapres desconoce al aporte total de la tercera edad y los “hostigan” para que se vayan. ¿sirve esté inhumando sistema?

El sistema de Isapres está basado en que mes a mes gastamos en salud, cuando no lo hacemos. El “ahorro” que logramos es, técnicamente, la rentabilidad de las Isapres.

Deberíamos convertirlo en un sistema de ahorro, es decir, que el monto acumulado a través de los años permita ahorrar y con ello, quienes lleguen a la tercera edad tendrán dinero a favor en vez de una injustificado y discriminatorio gasto del sistema.

La integración vertical: Cómo es posible, se permita, a un sistema obligatorio invertir en empresas relacionadas como farmacias, laboratorios clínicos y otros que representan claros conflictos de interés.

Las excesivas utilidades del sistema dejan claro, y después de lo expuesto, que todos los beneficios son para ellos y no para los cliente/usuarios. (y eso debe cambiar)

El sistema de salud en Chile es ineficiente y caro, gracias a la “alimentación” directa o indirecta de sistema de Isapres, que a mi parecer debe ser remplazado por un seguro de salud con ahorro, es decir, que lo pagado mes a mes al sistema de isapres sea considerado un ahorro y no un gasto como el actual.

Sobre MasVida se han escrito muy buenas columnas sobre el tema, en diversos medios, no obstante la oportunidad quedó en el ambiente: “Aprovechando el caso MasVida, será el momento de crear un sistema de salud, basado en seguros médicos con ahorro y que humanicen el sistema de salud”.