Crecimiento económico: el consenso perdido
La realidad es que estamos creciendo menos de la mitad de lo que plantearon los economistas de la presidenta el 2013, y eso debería poner en una perspectiva mucho más estratégica los proyectos de ley que están en carpeta y los que se están tramitando.
Ernesto Evans es El Dínamo.
El Programa de Gobierno de Michelle Bachelet decía textual: “la economía no está creciendo como debería. Sin embargo, a partir del 2015, retomaremos la senda sostenida de crecimiento y en la segunda mitad de la próxima administración, Chile crecerá en torno al 5%, es decir, al nivel de su PIB potencial”.
Ojo que sobre esto se planificó la reforma tributaria. Pero, ¿qué sucedió? El mismo Banco Mundial ha señalado que nuestra economía “registró una desaceleración en 2014 con un crecimiento del 1,9% y del 2,1% en 2015”. Menos de la mitad del 5% que proyectó en 2013 el equipo económico liderado por Alberto Arenas, cuyos integrantes eran todos de la Nueva Mayoría.
La realidad es que estamos creciendo menos de la mitad de lo que plantearon los economistas de la presidenta y eso debería poner en una perspectiva mucho más estratégica los proyectos de ley que están en carpeta y los que se están tramitando. Esa ha sido así la visión, no siempre compartida por otras carteras, de Rodrigo Valdés.
Pero lo que quedó patente, los últimos días, es el pensamiento de la mandataria Michelle Bachelet: “No me interesa un crecimiento económico brutal si no hay mejora en la vida de las personas”. En su declaración hay al menos tres ítems que dan para un examen detallado:
1) Una mala justificación a no haber cumplido el programa de la Nueva Mayoría que prometía más crecimiento. O la confesión de que los programas son absolutamente insignificantes porque una vez instalados en el poder, con declaraciones y actuaciones posteriores, se puede ir borrando todo lo escrito durante la candidatura.
2) Es elitista porque el crecimiento hace aumentar los sueldos reales, hay más movimiento en la economía, más trabajo. En fin, hay mejores condiciones para quienes tienen que trabajar por un sueldo para sustentar el mes. Es decir, le viene mucho mejor a los que menos tienen, precisamente el foco -supuesto al menos- de la Nueva Mayoría.
3) Para todos los gobiernos desde el 90′, estuvo clarísimo que sin crecimiento económico era imposible financiar programas sociales, educación para todos y de calidad, mejor salud, y políticas cuyo objetivo fuese dar más oportunidades e integrar a más chilenos a los frutos del progreso. Que no basta la sola acción del Estado sin los empresarios pequeños, medianos o grandes que sustenten el empleo. Esta declaración rompe un consenso, que era una piedra angular de la Concertación.
Se corrió el velo, que auscultada lo evidente: que, como otros mandatarios en América Latina, para Bacehelet el crecimiento es prioridad de segundo orden. Ese era un consenso social, político y económico, compartido por la mayoría de las fuerzas políticas, y algo que debemos recuperar. Se vienen las elecciones y el candidato Piñera pegó un certero golpe al ofrecer mayor crecimiento. Eso va a estar en el eje de las preferencias las próximas elecciones porque la sabiduría popular va a optar no por el Estado, sino por quienes puedan ofrecer mayor dinamismo a la economía y producir mas y mejores empleos.