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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Elecciones UK

"Esta apuesta de May fue totalmente innecesaria. Para ser justos, cuando ella llamó a la elección todas las encuestas le daban un triunfo aplastante a su sector. Su pecado fue creerle a las encuestas".

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Constanza Fernández es Abogada y Analista Internacional. Directora de Ciencias Políticas y Administración Pública, USS

“Le salió el tiro por la culata”. Ese fue el titular de los principales periódicos de Reino Unido el día después de la elección general del jueves 8. La Primera Ministra, Theresa May, llamó a elecciones anticipadas con la intención de validar su nombramiento y tener una mayoría aún más grande, para tener más apoyo en la negociación del Brexit.

Esta es la segunda vez que los Conservadores llaman a una votación con la convicción de que ganarían, pero en la que no logran convencer. Ya le pasó a David Cameron con el referéndum para abandonar la Unión Europea. Él tenía la convicción que el remain (el voto a favor de quedarse en la UE) ganaría. Pero al perder no tuvo más que renunciar a su cargo, asumiéndolo Theresa May.

Recordemos que en la elección general de 2015 (en la que se eligió a Cameron) los Conservadores obtuvieron una mayoría absoluta. Entonces esta apuesta de May fue totalmente innecesaria. Para ser justos, cuando ella llamó a la elección todas las encuestas le daban un triunfo aplastante a su sector. Su pecado fue creerle a las encuestas. Y hacer una pésima campaña, basada en infundir miedo sobre lo que sería un gobierno Laborista.

Cabe destacar que el sistema electoral de Reino Unido es mayoritario uninominal, lo que significa que cada circunscripción electoral elige solo a un Parlamentario, en una vuelta, ganando el que más votos obtiene.
Este sistema explica que en 2015 el UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) solo obtuviera un escaño, a pesar de ser la tercera mayoría nacional (12,7%). O que en 2010 el DUP (Partido Unionista Democrático) obtuviera ocho asientos con sólo el 0,6% de los votos del país.

El Primer Ministro será el líder del partido que obtenga la mayoría de los escaños, es decir, 326 de los 650. Si ninguno la obtuviera se produce un Hung Parliament, donde dos o más partidos con una mayoría combinada podrían formar una coalición. Es aquí donde estamos.

Esto tiene importantes consecuencias, ya que un gobierno de coalición liquida el propósito de May de tener un mayor apoyo en su negociación con la Unión Europea. Recordemos que el 29 de marzo se notificó a la UE la intención de Reino Unido de dejarla, abriéndose un plazo de dos años para negociar esa salida. Dicho plazo está corriendo, por lo que los británicos, con cada día que pierdan en solucionar rencillas internas, quedan más desvalidos para negociar con sus 27 contrapartes.

Eso nos lleva a cuestionar la responsabilidad política de May. Aunque ella haya pensado que tenía todo a su favor para ganar, es de una irresponsabilidad absoluta llamar a elecciones después de haber activado un proceso que tiene un plazo, más aún si el plazo es corto para todas las aristas que tendrá la negociación. Muchos han pedido que dimita. Y aunque tengan razón en sus argumentos, el negociar con otro partido para formar mayoría (todos los ojos están en el DUP) y buscar un nuevo líder al mismo tiempo generaría aún más retraso en la negociación con la UE.

Pero aunque los Conservadores sean los perdedores más evidentes, la peor parte se la llevaron otros partidos. El UKIP perdió su único asiento. Los Liberal Demócratas aumentaron sus escaños, pero perdió el suyo Nick Clegg, quien fue su líder y ‘número dos’ del gobierno de coalición que formó junto a Cameron en 2010. El SNP (Partido Nacional Escocés) perdió 21 asientos, es decir, el 37,5% de la representación en el Parlamento. Esto tiene una consecuencia enorme: aunque después del Brexit un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia era evidente, hoy esa alternativa se diluye, ya que es justamente el SNP el partido que ha impulsado al movimiento independentista.

Este terremoto político deja decenas de preguntas sobre la mesa. Hay que estar atentos a Reino Unido los próximos días para ver si logran salir de este autoinfringido disparo en el pie.

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