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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

¿Cómo nos ponemos de acuerdo?

"A futuro, debería considerarse la inclusión de una herramienta comunicativa y pedagógica como lo es el debate, en primer lugar, porque pone en conocimiento de la ciudadanía una amplia gama de aspiraciones programáticas de los candidatos".

Por Mario Sepúlveda
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Mario Sepúlveda es Académico de la Facultad de Derecho, Universidad Central

El 31 de mayo pasado, ICARE reunió en un reservado almuerzo, a un representante programático de cada una de las candidaturas presidenciales y a 25 invitados que acudieron en nombre de los empresarios y la sociedad civil. La convocatoria cursada a los selectos invitados contenía en su encabezamiento una sugestiva pregunta: ¿Cómo nos ponemos de acuerdo? Al término de la reunión, la mayoría de los participantes coincidieron que el “formato de debate” elegido por ICARE facilitó el diálogo y contribuyó a la construcción de una mirada común a partir de diagnósticos con visiones ideológicas muy diversas, permitiendo abordar con seriedad el actual escenario político.

Las bondades que posee el formato de debate, escogido por ICARE en dicha reunión nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué la Asociación Nacional de Televisión de Chile ANATEL que el miércoles pasado realizó el lanzamiento de la franja electoral de las elecciones primarias del 2 de julio, no consideró incluir junto a las franjas electorales uno o dos debates finales entre los candidatos presidenciales? ¿Por qué no se pensó o simplemente se descartó, conceder un espacio para un debate final entre los candidatos presidenciales y sólo serán televisadas las tiras estrechas y alargadas conocidas como franjas? Posiblemente un formato dialogante habría permitido que las diversas propuestas programáticas no sólo fueran discutidas por 25 empresarios y Directores de Centros de Estudio, sino que se ampliaran a un gran número de ciudadanos.

A futuro, debería considerarse la inclusión de una herramienta comunicativa y pedagógica como lo es el debate, en primer lugar, porque pone en conocimiento de la ciudadanía una amplia gama de aspiraciones programáticas de los candidatos, que pone al descubierto a quienes creen poseer la verdad absoluta y en segundo lugar, porque permite darse cuenta que en ocasiones, la “verdad” se conforma de las opciones diferentes de varias personas, fortaleciendo el pluralismo y la tolerancia, principios democráticos esenciales de la forma de gobierno democrático.

La sugerencia propuesta será ilusoria si no existe la firme voluntad de rescatar el uso correcto de esta herramienta comunicativa llamada debate político, cuyo sentido se ha desvirtuado, empleándoselo a menudo como una manera de hundir al contrario y ridiculizarlo ante el público masivo, como le ocurrió al senador Manuel José Ossandón. ¿Por qué diantres no se ponen de acuerdo?

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