Una gran tarea
Dentro de las tareas más nobles está el plantar árboles y especies vegetacionales, que generan un ciclo virtuoso para reafirmar la tierra, frenar la erosión y aminorar los efectos del clima.
Antonio Horvath Kiss es Senador de la República por Aysén
En la reciente Cumbre G 20 con motivo del Cambio Climático, India sorprendió al mundo batiendo un verdadero récord, plantando más del 66 millones de árboles en menos de un día como parte de su compromiso por mejorar la condición del planeta. Simultáneamente se desprende un enorme pedazo de la Antártica equivalente a la superficie de Chiloé, quedando a la deriva en el mar.
Nuestro país, que se comprometió con metas bien bajas para estos acuerdos mundiales, tiene una vez más la gran oportunidad además de proteger sus océanos de proponer un cambio significativo para los otros países del mundo, en el área de las Energías Renovables No Convencionales, en el de la Forestación y en el de la valoración de su Biodiversidad tanto terrestre como marina.
Por ello, hemos emprendido un trabajo colegiado con profesionales de servicios públicos de la Biblioteca del Congreso e ONGs y abierta a la participación para poder identificar en cada una de las regiones y localidades de Chile, las áreas que urge reforestar, que hasta antes del incendio alcanzaban, entre 3 y 5 millones de hectáreas y después fueron aumentados en medio millón más. Poco a poco hemos ido evaluando la cantidad de viveros que hay en el país y los que habría que comenzar a armar paulatinamente con programas locales, comunales, organismos no gubernamentales y privados e internacionales, para contar con ellos en todas las localidades, tanto terrestres como insulares de Chile.
Dentro de las tareas más nobles está el plantar árboles y especies vegetacionales, que generan un ciclo virtuoso para reafirmar la tierra, frenar la erosión y aminorar los efectos del clima.
Mediante la Zonificación del Borde Costero, tenemos la gran oportunidad de identificar las áreas en las cuales los ecosistemas, particularmente los que han sido sobreexplotados o contaminados, de manera que entre otros instrumentos a través de las áreas de manejo, la participación de las comunidades y el mecanismo de subsidio para el repoblamiento de las algas, comenzar a construir desde las distintas localidades y regiones de Chile, sin dejar a ninguna afuera, para tener un país mejor preparado para sus múltiples situaciones de riesgo con trabajos de carácter permanente y que entusiasme a las personas y comunidades.