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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Confirmado: Transantiago será licitado a imagen y semejanza de lo que es hoy

"¿Y que hay de todo el resto que a ti te interesa? Nada pues. ¿Hacinamiento? ¿Limpieza de los buses? ¿Frecuencia? Como ya dije, el 75% de las características de Transantiago serán las mismas".

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Rodrigo Quijada es Miembro de Ciudad Viva - Ingeniero de Transporte

Hace pocas semanas la ministra de transporte Paola Tapia envió a Contraloría las Bases de Licitación de Transantiago para su revisión. Luego de ese trámite podrá licitar. Lo que esto ha revelado, sin embargo, es que tristemente podemos confirmar que Transantiago no cambiará prácticamente nada.

¿Cómo serán los nuevos contratos? Las Bases ingresadas a Contraloría no se pueden conocer porque la Ley de Transparencia no alcanza a llegar ese ámbito, pero para las licitaciones de servicios de transporte público (¡y solo esas!) existe la obligación legal de generar un documento público con los contenidos esenciales de las Bases. El Ministerio lo produjo en enero con una primera versión, y justo al ingresar las Bases a Contraloría publicó una versión actualizada muy detallada. Así que en todo lo fundamental, sabemos qué se licitará.

Laboriosamente es posible comparar lo que se licitará con los contratos actuales, y con ello revelar las diferencias entre el Transantiago de hoy y el que habrá mañana. Así también poder responder todas las preguntas típicas que se hace la gente cuando imagina qué mejorará. Hicimos esa pega y puedes verla aquí en una tabla de fácil lectura.

Los resultados gruesos de ese análisis son los siguientes: De las casi 90 características que se identificó en los contratos, el 75% será igual a lo que hay hoy. Eso es el grueso de la historia. Respecto del resto: en el 9% de las características hay una mejora; en el 4% hay una mejora insignificante o potencial (podría traducirse en mejora pero dependerá de la decisión de los operadores); en el 2% hay un empeoramiento; en el 3% hay cambios cuyo efecto es debatible; y en el 6% hay cambios “curiosos”, por catalogarlos de alguna manera.

Veamos ejemplos: Entre las poquitas mejoras está el hecho de que hoy a los operadores se les cambia el pago por pasajero transportado cada dos años en la misma medida que perdieron demanda. Terrible porque el incentivo es que no te importa si perdiste pasajeros. Eso ya no va más. Otra mejora: serán mucho más estrictos en el cumplimiento de la mantención de los buses. Otra mejora: se harán encuestas de satisfacción y las empresas con mejores resultados recibirán un premio monetario.

En “mejoras insignificantes” están las medidas para la evasión: Hoy el contrato no exige a las empresas que hagan zonas pagas ni que tengan personal de fiscalización. Pero en la práctica ambas cosas las hacen igual porque les interesa reducir la evasión (el incentivo es directo: con la evasión pierden dinero). En los nuevos contratos se les pedirá fiscalizadores, del mismo tipo que ya conocemos, pero un número chistoso (50 personas), y también se les pedirá zonas pagas con un número más chistoso aún: 20 zonas pagas móviles (o sea, sin infraestructura, solo una cinta para encerrar el paradero). Notemos que el sistema tiene más de 11 mil paraderos…

Uno de los empeoramientos es el castigo por no-detención en paraderos (cuando el chofer pasa de largo). Hoy el Ministerio puede multar todas las veces que quiera ese comportamiento (aunque rara vez lo hace, como muestran datos obtenidos por Transparencia). En los nuevos contratos habrá un límite al castigo monetario que las empresas pueden recibir por ese concepto.

En el ámbito de las “mejoras debatibles” está la tecnología de emisiones. Se les exigirá EURO VI, es decir, el más alto estándar del mundo. Pero es el más caro también, lo que significa que lo sentiremos sin duda en un alza de la tarifa y/o en un alza del subsidio. “Es necesario en esta contaminada capital”, dirán algunos. ¿Seguro? Según los datos oficiales del Ministerio del Medioambiente, Transantiago es responsable de solo el 1,1% del material particulado, del 0,6% del monóxido de carbono, del 3,4% del dióxido de carbono, y del 0,2% de los dióxidos de azufre. Quienes piensan que los buses contaminan se quedaron en los 90s. Claramente la tecnología actual de los buses está buenísima. La pregunta entonces es si es racional gastar un montón de plata en reducir números que ya son enanos… (¿y si usamos esa plata para otra cosa ponte tú?)

Otra mejora debatible son los torniquetes en la puerta del bus. Ayudan a reducir la evasión sin duda, pero a costa de mucha incomodidad de los pasajeros, a costa de discriminar gordos, pasajeros con guagas y otros con movilidad reducida; y a costa de un aumento significativo de los tiempos de viaje. La mayoría que sí paga sufrirá por los que no pagan. ¿Te parece bien? Debatible.

La medida más debatible sin duda es el retorno al pago por kilómetro recorrido como forma principal de ingresos del operador, reduciendo el rol del pago por pasajero. Recordemos que al inicio del Transantiago se pagaba así y fue funesto: los operadores recorrían las calles con los buses para acumular kilómetros apenas parando por los pasajeros porque las lucas no estaban ahí. Se requirió medidas muy fuertes y una profunda negociación de contratos para dar vuelta esa torta: hoy los ingresos de las empresas se explican en un sólido 70% por bip registrado, lo que de paso además exige preocuparse por la evasión. ¿Cómo entender entonces que el ministerio quiera volver a reducir esta componente? Muy, muy debatible.

Entre las “mejoras potenciales” están los buses de dos pisos, que como recordarás, tanta parafernalia hizo el ministerio con su prueba piloto. Los contratos dicen que el operador puede tenerlos si lo desea. Pero es su decisión. No tiene ningún incentivo a tenerlos, en todo caso. ¿Le convendrá al operador? Quién sabe. El ministerio se desentendió.

Y en la categoría “cambios curiosos” para finalizar, tenemos una extraña diferenciación entre empresas respecto de cosas que antes eran parejas para todas. Por ejemplo, hoy el castigo por mala regularidad es igual para todas las empresas, pero en los nuevos contratos se castigará distinto. Es decir, para ciertas empresas el castigo será severo y para otras no…. Cuesta entender la lógica de esto (y cuesta entender cómo se cuidará la probidad con las oportunidades de corrupción que eso conlleva). El ministerio debe tener una explicación estupenda para hacer esto, seguro, pero no la conoceremos hasta que la prensa exija saber más. Este misterioso asuntito del caso-a-caso por empresa se establece además para los castigos por mala conducta/conducción de los choferes, mala limpieza y presentación de buses, excesivas pannes, y en el nuevo premio por buen resultado en encuestas de satisfacción.

¿Y que hay de todo el resto que a ti te interesa? Nada pues. ¿Hacinamiento? ¿Limpieza de los buses? ¿Frecuencia? Como ya dije, el 75% de las características de Transantiago serán las mismas. Revisa tú mismo el detalle haciendo click en la tabla. Sorry to tell you.

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