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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Diferencias de ingresos población indígenas v/s no indígena

"Los culpables de esta situación de desigualdad son los empresarios que discriminan para contratar, pues no quieren contratar indígenas, y los que contratan pagan menos al indígena que al no indígena".

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Diego Ancalao es Embajador del foro mundial Indígena y presidente de Fundación Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena.

Según estudios del Banco Mundial, Chile es uno de los países más desiguales del mundo, ubicándose en el lugar número 14 a nivel internacional y el 6° en América Latina, mientras que un informe de la OCDE de 2015 subraya que el 10% más rico tiene un ingreso 27 veces superior al 10% más pobre.

En el mismo sentido, nuestro país se ubica en el lugar 38 del mundo en Índice de Desarrollo Humano (IDH), con un 0,847, ubicándose en el mismo nivel de Arabia Saudita. Sin embargo, el IDH mapuche de 0,582 es equivalente al de Bangladesh, ubicándose en puesto 144 del ranking mundial.

Esto quiere decir que de ese 10% que gana 27 veces menos que el 10% más rico, en el caso del mundo Mapuche e indígena aumenta la brecha. Según el estudio del Observatorio Nacional Laboral y la encuesta Casen, los ingresos de la población indígena son menores a los no indígenas en un 39%, $340 mil pesos v/s $472 mil pesos, lo que es una diferencia no menor de $132,500. Esto último no implica que los no mapuches estén bien, pues los índices de desigualdad de Chile lo confirman, sino que el problema es que el mundo indígena está brutalmente mal.

Los culpables de esta situación de desigualdad son los empresarios que discriminan para contratar, pues no quieren contratar indígenas, y los que contratan pagan menos al indígena que al no indígena. Por ende, el número de indígenas con contrato indefinido son 8 puntos menor al resto, 44,3% v/s 52%.

En esta situación también es responsable el Estado de Chile, pues los gobiernos de turno han permitido que las personas trabajen sin contrato y, lamentablemente, los indígenas sin contrato superan al resto de la población, con un 12,3% v/s 10,9%. Otras cifras indican también que los trabajadores indígenas con menos de 12 años de educación son peor remunerados, con 41,5% v/s 30,4%; la población indígena tiene más empleos por cuenta propia, 23,2% v/s 18,9%; los trabajadores indígenas por cuenta propia ganan 33% menos que los no indígenas; los asalariados indígenas ganan 22% menos que los no indígenas.

En conclusión, el tema central aquí es la discriminación y el rol de las forestales, lo que se corrobora cuando la encuesta Casen y estudios del Instituto Forestal (Infor) demuestran que las comunas de La Araucanía y el Bío Bío con plantaciones forestales sobre el 20% de la superficie, son las más pobres y con mayor cesantía que las comunas con menos de un 5% de plantaciones forestales.

La Araucanía es la región más pobre de Chile, con un 23,6% de pobreza, eso quiere decir más de 200 mil personas son pobres y no tiene sus necesidades básicas cubiertas. Un ejemplo es Collipulli, donde está Forestal Mininco, con un 50% de superficie forestada tiene un 34,2% de pobreza según la Casen. Lumaco el año 2000 tenía 38% de pobreza, con grandes superficies forestales, y hoy aumentó la pobreza a un 48,4%. Ercilla un 44%. Es decir, la mayor desigualdad se encuentra en las zonas donde operan las empresas forestales, con trabajos informales, gente sin contratos y mayor tasa de ruralidad.

Resulta paradójico que los dueños de las forestales figuran dentro de los más ricos de Chile y el mundo, además, son subsidiados por el Estado entre un 75 a 90% de sus costos, es decir, por todos los chilenos. Lo anterior, junto a gobiernos que no han tenido una política clara y de acuerdo a la experiencia internacional para resolver de una vez por todos los derechos políticos y económicos de las primeras naciones de Chile.

En este sentido, las soluciones pasan porque el Estado termine de subsidiar a las forestales y que el Servicio de Impuestos Internos cobre la deuda que las forestales tienen con las comunas más pobres y paguen el Impuesto Territorial que adeudan. Del mismo modo, eviten la discriminación hacia el mundo indígena en lo laboral, tal como se hizo con los derechos de las mujeres. Además, impedir trabajos sin contrato y sin seguro social.

Medidas importantes se pueden tomar de la experiencia internacional en Nueva Zelandia, Canadá y Sudáfrica, no obstante, no hay modelos perfectos ni replicables, pero la experiencia internacional dice que los pueblos originarios tienen derecho a decidir su futuro cultural, político y económico, tal como lo señala el Artículo 1 de Pacto 27 y 3, 20 número 2 de la DNUDI.

Y no debe ser por imposición, pues debe ser por entendimiento y diálogo, y entregar las herramientas y permitir que el pueblo mapuche cree su propio modelo de desarrollo económico y político de acuerdo a su característica de pueblo. Deben comprender que el desarrollo económico y político del pueblo mapuche es un bien no solo para el pueblo indígena, si no que ayuda Chile por lógica simple, ya que si se desarrolla el Pueblo mapuche también crece Chile.

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