No me movilizan los niños, niñas y jóvenes “del Sename”
"Seguir concentrando la discusión solo en el SENAME invisibiliza la realidad de nuestros niños que crecen en el otro Chile que duele y que normalizamos a diario".
Pamela Meléndez Madariaga es Políticas Públicas Fundación Enseña Chile
El Senado comenzó la semana pasada la discusión del proyecto de ley que establece un Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez. Esta ley pendiente para Chile, permite llevar la discusión más allá de los niños, niñas y jóvenes a cargo del SENAME, reconociendo que los niños tienen derechos humanos, lo que involucra no solo atender a la eficiencia del organismo en el ojo del huracán.
Centrar la discusión en el lema “niños del Sename”, permite externalizar en “otro” la protección y promoción de los derechos de los niños, reproduciendo el enfoque que ha permitido perpetuar las vulneraciones de sus derechos y que hoy a casi un siglo de la creación del servicio nos vuelve a pasar que nadie sea responsable.
Lo anterior no quita la gravísima violación de los derechos humanos en los Centros por parte del Estado de Chile como garante principal de sus derechos. Pero focalizar la discusión y omite el rol de otros organismos, instituciones y personas que también somos responsables de los derechos que les permiten desarrollarse integralmente para que nunca vivan o pasen por un SENAME.
Seguir concentrando la discusión solo en el Sename invisibiliza la realidad de nuestros niños que crecen en el otro Chile que duele y que normalizamos a diario. Omite que hoy se nos mueren día a día nuestros niños, niñas y jóvenes, no solo por descuido en los centros, mueren por peleas, suicidios y violencia. También omite el entorno indigno y guetos segregados en el que viven, por ejemplo en Bajos de Mena. Omite que nuestro sistema de salud no tiene capacidad suficiente para la atención por desintoxicaciones o dependencias severas y que las madres prefieren que caigan sus hijos detenidos para ser prioritarios en la atención de programas. Omite que nuestros niños y jóvenes pasen tantas horas en la escuela sin disfrute y juegos y omite que hay 70 mil excluidos del sistema escolar. Y finalmente normaliza que nos acongoje la vulneración de los derechos de niños y niñas en los centros de protección y queramos dar mano dura a los jóvenes que también vivieron trayectorias de vulneración de sus derechos, pero que están en centros privados de libertad, siendo que como sociedad y Estado no pudimos ser garantes de su infancia.
Me movilizan los niños, niñas y jóvenes de Chile, no son del Sename, somos responsables de verlos y creer profundamente que son capaces de comprender su realidad, que hoy es dura, pero que es posible movilizar si los reconocemos, no los discriminamos, observamos su interés superior, los hacemos partícipes y escuchamos. Nuestro compromiso no estará satisfecho con un buen Servicio Nacional de Menores, nuestro compromiso debe ser que pasar por el servicio nacional de menores sea la excepción, nuestro compromiso es con su infancia y juventud.