Elegir pensando en Aysén

El próximo domingo 19 de noviembre en las regiones impares de nuestro país tendremos la elección de senadores en un número mayor del que estábamos acostumbrados, en especial en las más pobladas, como ocurrirá en Valparaíso, Maule y Araucanía, donde se sumará un senador a los cuatro que elegían esas circunscripciones, más los dos que por primera vez elegirá la Región de Arica y Parinacota; a su vez, producto del cambio del sistema binominal por uno más proporcional, a partir de estos comicios, los nuevos distritos elegirán al menos tres diputados.

No se trata solo de tener rostros nuevos, sino que, de acuerdo a las exigencias ciudadanas y de las propias regiones, lograr elegir independiente de su origen, gente comprometida con la región, y sus respectivas comunas.

En el caso de la Región de Aysén, los dos senadores en funciones, tanto Patricio Walker como el suscrito, en esta oportunidad no postulamos a la reelección; cada uno por distintas razones. En mi caso, porque pienso que un ciclo de 28 años en el Parlamento –un período como diputado y tres como senador– resulta más que suficiente, como también pensar en el ejercicio de un cargo público más cerca del Ejecutivo, sea a nivel regional o nacional.

Los compromisos esperables de los candidatos y los que resulten electos por voluntad popular, son lograr que las regiones se empoderen de verdad, que tengan autoridades locales electas y que estas, bajo el modelo centralista en exceso y concentrador en lo económico, no se transformen en zonas de sacrificio a causa de grandes y complejos proyectos que van más en beneficio de gente o empresas externas al país, al cual dicen beneficiar.

Desde hace muchos años en la Patagonia hemos estado habituados a grandes proyectos, como lo fueron el repositorio nuclear de Gastre (Argentina); el proyecto Trillium, de una característica industrial muy superior a lo que el bosque nativo era capaz de mantener en forma sostenible; el proyecto minero de oro en el parque nacional Queulat, la planta de aluminio Alumisa; el proyecto Golden Spring; Energía Austral e HidroAysén.

Con el tiempo ha quedado demostrado que todos estos proyectos no solo son dañinos para la Región de Aysén, sino también poco convenientes para el país. El caso de las energías renovables no convencionales, que a través de la Ley 20/20, y otras, conseguimos revertir en el Congreso para que estas energías participaran de igual a igual con las otras en las licitaciones, haciendo bajar de manera sustancial los costos, y subiendo la oferta de energías, entre otras, la solar y la eólica a niveles sin precedentes en la historia de nuestro país, y que son reconocidas a nivel internacional, como lo demuestra el documental de Al Gore, “Una verdad incómoda II”.

Es entonces, que de una manera colaborativa, queremos que los candidatos y candidatas que postulan al Parlamento, en particular, en la Región de Aysén, adquieran compromisos de esta naturaleza y que los sepan defender con entereza, oponiéndose en su minuto, aunque todo parezca decir lo contrario.

En virtud de este predicamento a un mes antes de la elección hacemos un profundo llamado a votar en conciencia, pero a votar para que la gente se sienta parte, y pueda ejercer el derecho ciudadano de exigir transparencia y fiscalizar a los consejeros regionales y a los parlamentarios electos. Esta es una materia muy sensible, en la que, cualquiera sea el resultado, a futuro estaremos dispuestos a colaborar intensamente, desde luego anhelando un resultado muy positivo para los habitantes de las regiones, y en especial, para la gente de Aysén.