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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Kast, el “Putin Chileno”

"Su figura se asemeja mucho a la del Presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin, quien es un hombre de decisión y fuertes medidas, dentro de sus marcos de ideas que muchas veces no agradan a los 'políticamente correctos'".

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Roxana Viira es Analista en Rusia de Círculo Aton Chile.

La carrera presidencial ha tomado un importante dinamismo con la figura de José Antonio Kast, no por su origen o aspecto físico, algo que candidatos de otros sectores tratan de explotar sin mucho éxito, sino porque muy por el contrario a lo denominado “políticamente correcto”, dice lo que piensa, sus bases e ideas, se muestra tal cual es.

Esto rompe con algunas dinámicas sociales, pues muchas veces la adhesión a movimientos o manifestaciones resulta ser por el impacto comunicacional o suma transitoria en “estar en la corriente”. Este factor en política es sumamente peligroso, nos muestra un electorado ambivalente y que calla.

Esto muchas veces se acentúa en las personas denominadas de “derechas” o “centro derecha”, acostumbradas al meeting de puertas cerradas en donde desencadenan sus más extremos sueños y cantos, acostumbrados tal vez al fracaso político y a la ambigüedad de sus representantes.

Claramente esto cambió con Kast, no tan solo está movilizando a una “derecha dormida”, sino, y con mayor importancia aun, está poniendo en el debate ideas y planteamientos que son íntegros a su pensamiento, logrando algo que hace mucho no se veía en la política chilena o resultaba ser escaso: consecuencia e inspiración de respeto.

De esta forma su figura se asemeja mucho a la del Presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin, quien es un hombre de decisión y fuertes medidas, dentro de sus marcos de ideas que muchas veces no agradan a los “políticamente correctos” ya sea por el lobby o mantener un “ambigüedad ventajosa” frente a otros países, es de esta manera que ha vuelto a fomentar un discurso que por muchos años se pensó extinguido, hablando de los valores tradicionales y regresando hasta cierto grado el alma al pueblo ruso, junto con su dignidad internacional.

Ambos coinciden en varias posturas, no tan solo por el hecho de ser abogados, especialistas en el uso de armas y su respeto a la vida silvestre, de una u otra forma han comprendido que intentar imponer valores o normas de conductas que atentan contra la tradición, la costumbre o religión de un país, es un desafío temerario y requiere de años, de generaciones cambiarlo con dantescas consecuencias.

Kast está rompiendo con una hegemonía cultural de lo “políticamente correcto” desde la razón de los argumentos y no desde la agresión, siendo por lo tanto fuertemente atacado por sus adversarios una y otra vez, pero curiosamente guardando una compostura y líneas de ideas que muchos pensaron extintas, sin un aparente apoyo o de un pasado “conservador” en decadencia, pero que en realidad estaba dormido estando latente tal vez a la espera de un referente, alguien que los llamara a las urnas.

Quizás la ventaja de Putin, tras más de 15 años en el poder, es que ya no le realizan preguntas odiosas y es él quién habla dirigiendo, sin importar quien este a su lado o si públicamente tiene que hacer una reprimenda un ministro, pero al mismo tiempo Kast tiene la ventaja de que cada vez que es inquirido por un tema su posición se difunde, siendo directo y sencillo, reconociendo sus diferencias con el adversario y en no titubear en señalar sus juicios de valor tras argumentar.

Kast y Putin tienen muchos más factores en común que un discurso conservador, es la forma de manifestarse y de plantear ideas que a muchos puede molestar o incomodar, pero a una gran mayoría (en el caso de Chile silenciosa) aprecia y aplaude, personas antes encerradas y ahora recorriendo las calles, ejercerán su derecho a votar e influir en política.

Los últimos años de la historia política de Chile han demostrado que el poder del gobierno ha respondido a lobbys establecidos, es bueno saber que al menos un candidato responde a su integridad y no a poderes fácticos que juegan con la nación.

A Kast no le tiembla la voz, es un hombre de decisión y convencido de lo que piensa, en muchas facetas podemos señalar que José Antonio Kast es “el Putin Chileno”.

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