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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La encrucijada del Frente Amplio

"Sería una ingenuidad pensar que el Frente Amplio no iniciara las negociaciones para definir sus apoyos en una eventual segunda vuelta".

Por Andrés Echazarreta
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Andrés Echazarreta es Presidente de la Juventud UDI

Ya comenzó la cuenta regresiva para el día de la elección, pero desde hace bastante tiempo que se han elucubrado diversas teorías sobre los resultados del 19 de noviembre. Por una parte, hay algunos que auguran la posibilidad de un triunfo del ex Presidente Sebastián Piñera en primera vuelta. Si bien existe esa opción y sería lo ideal para que el sector no arriesgara una segunda vuelta con la izquierda unida, lo más probable es que no ocurra y se enfrente a Alejandro Guillier. Digo Guillier con convencimiento, porque todas las encuestas que tienen un grado de fiabilidad importante arrojan una diferencia prácticamente irremontable para Beatriz Sánchez.

Dicho lo anterior, sería una ingenuidad pensar que el Frente Amplio no iniciara las negociaciones para definir sus apoyos en una eventual segunda vuelta. Negociaciones que suponen dilucidar dos elementos que fijarán el rumbo de esta coalición, y en las que el factor “timing” también puede afectar bastante.

El primero de estos elementos es el fijar un claro domicilio político. Si bien en un principio existieron posiciones dentro del conglomerado que buscaban formar una opción política “más allá de las derechas y las izquierdas”, en los hechos ha quedado claro que se ubica en la segunda de estas opciones y así ha ido entendiéndolo la opinión pública. En esto, jugó un rol importantísimo la decisión de la Nueva Mayoría de no ir a primarias, dejando como contrapartida de Chile Vamos al Frente Amplio y confundiendo a un electorado que se había ido acostumbrando a la cultura que supone este método de definición de candidaturas.

El segundo elemento surgirá con los resultados de las elecciones parlamentarias, es decir, con la cuantificación de la representación política y, en consecuencia, de su influencia en el Congreso y la discusión legislativa. Las proyecciones internas y de expertos electorales, han establecido que en el peor de los casos debieran obtener 5 escaños (Boric podía perderse) y en el mejor, 18. Parte importante de la proyección más pesimista está influenciada por los resultados de la primaria donde solo Sebastián Piñera obtuvo 2,5 veces los votos de toda esta coalición, lo que sumado a la baja en las encuestas de Beatriz Sánchez darían cuenta del escenario desfavorable.

En consecuencia, el Frente Amplio se enfrenta a una encrucijada: por una parte, debe decidir si pactará con la Nueva Mayoría ante una eventual segunda vuelta- con todos los problemas internos que esto generaría al interior del bloque -, pese a que en el discurso se ha presentado como una opción completamente diferente; por otra parte, debe considerar la representación parlamentaria que obtengan luego del 19 de noviembre para saber cuál es su verdadero poder de negociación. Ambas situaciones definirán el destino de esta coalición.

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