2017: Dos hitos para celebrar o llorar…
María Teresa Larraín es Periodista.
Mientras la mayor noticia de este fin de año, está por llegar el próximo domingo 17, los chilenos ya celebran. La tierra tuvo mucho que ver en ello. Por cuanto hace 50 años fue protagonista de una hazaña que los chilenos lo perciben a diario en la mesa familiar. Ello en torno a las verduras, frutas, vino, productos agropecuarios. En alimentos, Chile, es una marca registrada a nivel internacional.
El hecho de estar allí fue posible por una ley, que trajo roces, resistencia y violencia. Nació en democracia y significó una verdadera “revolución en libertad” al decir de la Democracia Cristiana, partido gobernante. La tierra para el que la trabaja, fue el lema. Así nace la Ley de Reforma Agraria # 16.640 promulgada el 16 de julio de 1967 por el entonces Presidente Eduardo Frei Montalva, asesinado en 1982.
Frei Montalva tuvo la visión de iniciar este proceso conjuntamente con los campesinos. Sumó entonces la Ley N° 16.625 que permitió su sindicalización. Se formaron 400 sindicatos y organizaron más de cien mil trabajadores de la tierra. Entre los años 1965 y 1973, se expropiaron 5.500 fundos a lo largo de todo Chile, con una superficie de 9,5 millones de hectáreas, beneficiando a 60 mil familias.
La promoción de los campesinos y sus familias permitió incorporarles a la vida social, cultural y política del país, aumentó el mejoramiento de la productividad agrícola en todos sus niveles, modernizando el sistema de manejo y aprovechamiento de las aguas, y la reestructuración de los organismos públicos que cumplían funciones relacionadas con la agricultura. Nace entonces la Corporación de Reforma Agraria que dirigió el ingeniero Rafael Moreno, reemplazada después de 1973 por la Oficina de Normalización Agraria, ODENA. El INDAP, otra entidad esencial para el desarrollo campesino siguió adelante hasta que durante el gobierno del Presidente Piñera (2010-2014) se pretendió cambiar su objetivo asesor para transformarlo en un ente financiero. No se logró hacerlo. Los campesinos organizados impidieron que el último vestigio de una Reforma que les dio dignidad, se borrara por simple decreto.
Han sido ellos los que este año recordaron esta gesta histórica y lo hacen desde la tierra misma, sin alardes y austeramente, porque desde 1973 han perdido casi todo. El cambio en la propiedad de la tierra después de la dictadura tuvo un giro. Tal como señaló el Ministro de Agricultura durante el gobierno de Salvador Allende, Jacques Chonchol en entrevista al historiador e investigador Claudio Robles, publicada en el libro Un Cristiano Revolucionario en la Política chilena del siglo XX.
“ La Reforma Agraria en la que yo trabajé, se acabó”. Con la dictadura militar vino la contrarreforma, los campesinos comenzaron a tener títulos como minifundista y se inicia el desarrollo capitalista de Chile como país exportador de fruta, vino y otros productos. Sin embargo, el campesinado fue nuevamente marginado mediante una nueva concentración de la tierra, la sindicalización campesina fue totalmente anulada, el agua que antes había sido un bien de uso público, se ha privatizado en las manos de unos pocos y la mejor tierra agrícola del país se ha perdido por la aparición de las parcelaciones. Las comunidades indígenas han visto crecer su pobreza y exclusión, entre otras cosas por el impacto de las compañías forestales subsidiadas por el Estado, no hay avances de plurinacionalidad ni menos de multiculturalidad. La corrupción ha penetrado profundamente en los partidos políticos y grupos empresariales.”
En entrevista a emol.cl, el 2 agosto de este año, el historiador Gabriel Salazar hace un crudo análisis de esta transformación:
“…. Se dice que benefició a los inquilinos y efectivamente se les dieron tierras, pero no se tomó en cuenta que ellos no tenían capacitación empresarial. Entonces, cuando se les dieron las tierras de forma colectiva, la mayoría no supo administrarlas bien y sobrevivieron muy pocos. Hay que tener en cuenta que la reforma dejó 80 hectáreas de riego básico para los propietarios (que eran las mejores tierras) y sobre esa base se genera la nueva agricultura capitalista chilena, la agroexportadora, que constituye hoy día la economía que ha convertido a Chile en el principal exportador mundial de frutas y vinos”.
Fue en la IV Región, Salamanca y Combarbala, entre otros, donde se dio inicio a la Reforma Agraria. Por ende, allí, los 50 años se recordaron en reiteradas celebraciones.
En Combarbala, más de dos mil trabajadores con sus familias se concentraron en Valle Hermoso para celebrar los 50 años de este evento histórico. La mayoría cuenta con el apoyo del Estado, a través de INDAP, Instituto Desarrollo Agropecuario y el PRODESAL, Proyecto Desarrollo Social Integral. “sin lo cual no podríamos existir”, señala don Fernando Cortés Cortés, dirigente de Comunidades Agrícolas de la zona.
“El proceso de Reforma Agraria no ha terminado. Acá hay localidades donde aún no hay conectividad. Ni tecnológica ni de transportes. Internet, difícilmente llega. Y su costo es altísimo. El gobierno está ampliando y asfaltando los caminos, lo que es positivo para nosotros. Eso no basta porque no nos incluye.”
Señala que las transformaciones que se hagan en la región deben contar con la participación de los trabajadores agrícolas. Entre estas el diseño del nuevo diseño de la carretera eléctrica. Aunque este año las lluvias dieron un respiro a las siembras, la escasez de agua es un fantasma que les quita el sueño.
“Estamos esperanzados con la próxima inauguración del Embalse Valle Hermoso iniciado bajo el mandato de la Presidente Bachelet. Mientras tanto, empresarios particulares roban la poca agua que nos llega construyendo embalses ilegales. Uno de estos destruyó todo el valle que cruza el rio Pama. La legislación vigente es casi inexistente para castigar estos abusos. Este año hemos sido bendecidos con las lluvias, pero esto no nos sirve si no se utilizan adecuadamente. Se habla de inclusión de la sociedad, pero a nosotros esta inclusión no nos llega. Demandamos estar presentes en los distintos planes de desarrollo, tener acceso a un financiamiento rápido, más adecuado a la actividad productiva agrícola.”
“Debo reconocer que en este Gobierno se ha hecho mucho. No fue así durante el gobierno del señor Piñera que pretendió eliminar INDAP, No lo dejamos. Nosotros deseamos crecer y desarrollarnos. Para eso nos capacitamos El mayor poseedor de la tierra en esta zona somos nosotros, las comunidades agrícolas. Los 50 años de Reforma Agraria marcaron un antes y un después en la vida de todos los chilenos, pero todavía la tierra para sus trabajadores, aún está ausente en este proceso.”
2017, un año que no se olvidará. Dos hitos. De nosotros, todos, depende, celebrar o llorar….