Desafíos de la geografía de la multitud feminista
"El desafío, entre varios de esta Geografía de la Multitud Feminista, se encuentra en correr la frontera de lo político, social, cultural y territorial en cuanto conciencia de entender la sociedad en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres".
José Orellana es Académico Escuela de Ciencia Política y RR. II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH.
Es evidente que las conductas reivindicativas del feminismo chileno tienen desafíos múltiples. Uno de ellos, estratégico y táctico, tiene que ver con mantener la voluntad y legitimidad de la acción que permita profundizar los cambios en una sociedad machista y patriarcal. “Esto no es una ola feminista, sino que es el territorio del feminismo”, se leía en un rayado en las calles del centro de Santiago, estos días como discurso crítico a alguna interpretación del movimiento.
En esa línea, el movimiento feminista (Geografía de la Multitud Feminista) se ha visibilizado por medio de algunos mecanismos, cuestión que desde 1990 se ha concretado con la institucionalización de agencias nacionales como el SERNAM y el Ministerio de la Mujer, leyes de cuotas y por sobre lo anterior, la elección en dos períodos de una presidenta mujer.
Le siguen la corporización de proyectos o el debate al menos, sobre la despenalización del aborto en tres causales, leyes antifemicidios y otras reivindicaciones no satisfechas como son los planes de salud, sueldos siempre en desmedro respecto de los varones, independiente que realicen el mismo trabajo, inclusive con mayores grados de eficiencia. Por descontado se encuentran los clásicos, vigentes y denigrantes casos de acoso y abuso sexual.
Tales reivindicaciones se muestran por medio de manifestaciones públicas, como son marchas multitudinarias, asambleas escolares y de educación superior como la paradigmática toma de la Casa Central de la PUC; columnas de opinión y actividades de investigación sobre lo femenino. En ellas, se yerguen conclusiones en que el eje de convocatoria fundamental es avanzar hacia una Educación No Sexista, la que se debe traducir en planes de estudios provenientes desde las expresiones pre – escolares hasta las universitarias. En esta función, el rol del Estado es fundamental.
El desafío, entre varios de esta Geografía de la Multitud Feminista, se encuentra en correr la frontera de lo político, social, cultural y territorial en cuanto conciencia de entender la sociedad en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en sus tensiones conceptuales, género y políticas lo que permitirá una profundización democrática.
Si bien la Geografía de la Multitud Feminista, la cual se auto convoca transversalmente en el arco sociopolítico, socioeconómico y sociocultural, marchando multitudinariamente en tres ocasiones en lo que va del año a nivel país, tomándose, además Centros de Estudios Superiores y algunos colegios/liceo, junto con mantener altos niveles de aprobación ciudadana, como ya ocurrió con la Geografía de la Multitud Estudiantil, debe trascender hacia el diálogo de lo cotidiano, sea en la discusión familiar, en la junta de vecinos, en las organizaciones funcionales de mujeres de las 345 comunas del país, como también en las directivas de cada uno de los cursos de establecimientos educacionales municipalizados y subvencionados, como también particulares, para que se transforme en agenda de desarrollo de los diversos Centros de Padres, respecto de cómo concebir los Proyectos Educativos Institucionales, haciéndose efectivo el rol de la sociedad civil, por esta vía también.
Otro desafío de esta Geografía de la Multitud feminista, estaría no sólo en instalar agenda en el gobierno nacional, sino que también en los subnacionales, los cuales, con más o menos grados de autonomía política y financiera, debiesen asumir en propiedad tal demanda y exigir, en lo que corresponda, el mejoramiento de sus condiciones presupuestarias para asumir este desafío.
Por lo tanto, no son sólo 345 comunas, en cuanto territorio, sino que 345 municipios en cuanto aparato estatal subnacional local y 16 intendencias en cuanto gobierno subnacional regional. Si eso es así, debería ser un proceso inaugurado y sin retorno, ahora debidamente territorializado.