Los cuidados a tu cuerpo en invierno parten en casa
"Si seguimos unos sencillos pasos en casa, podremos revertir situación complicadas y, junto con ello, nos regalamos una pausa".
Constanza Prenafeta es Experta en terapias para restablecer el biorritmo, cosmetóloga, maxofilaxista y terapeura. Actual directora del centro de relajación y Spa Mandala. www.spamandala.cl
Las bajas temperaturas y el aumento de la contaminación dejan el rostro deshidratado y sin brillo. Si seguimos unos sencillos pasos en casa, podremos revertir esta situación y, junto con ello, nos regalamos una pausa, tan necesaria en los tiempos tan ajetreados que vivimos.
Para cuidar el bolsillo, te recomiendo los siguientes materiales que, además de ser fáciles de conseguir, son indicados para pieles sensibles: yogurt, aceite de coco, miel y manzanilla.
Vamos uno a uno: el yogurt contiene ácido láctico, que ayuda a exfoliar, hidratar y suavizar la piel, y zinc, que es un excelente cicatrizante y renovador celular, además de contener proteínas que proporcionan una amplia nutrición y fortalecimiento de la piel seca.
El aceite de coco es rico en ácidos grasos, además de contener proteínas, vitaminas E y K, magnesio, potasio, calcio y hierro. Estos ácidos grasos junto con las vitaminas y minerales, aportan protección a la piel manteniéndola sana e hidratada. Posee también propiedades desinflamatorias que lo hacen ideal para pieles sensibles.
La miel cuenta con enzimas que limpian nuestra piel, es rica en azúcares como la fructosa, la glucosa y los ácidos alfa-hidróxidos que eliminan células muertas y suavizan la dermis. Contiene muchos de los minerales y vitaminas indispensables para mantener la piel humectada durante todo el día, logrando que en su uso continuo, luzca más flexible y conserve su elasticidad natural. Posee antioxidantes que son agentes antienvejecimiento.
La manzanilla, con sus aceites esenciales y flavonoides, posee propiedades descongestivas y suavizantes. Estabiliza la piel y ejerce una acción calmante sobre las terminaciones nerviosas. Tiene propiedades desintoxicantes y depurativas. Y es vasoconstrictor y antialérgico, lo que la hace ideal para pieles sensibles o con problemas vasculares como rosácea.
Ahora, ¿cómo preparamos nuestro spa en casa? Lo primero es realizar un test cutáneo: antes de usar cualquier principio activo, aplica un poco de éste en una pequeña parte del rostro, por ejemplo, detrás de la oreja, si tu piel reaccionó bien luego de 10 minutos, pasó la prueba de sensibilidad. Lo puedes ocupar en una zona más amplia.
Luego, sigue con la limpieza del rostro con aceite de coco o yogurt natural. Pon en la palma de tu mano una cucharadita de aceite de coco virgen o yogurt, frota tus manos rápidamente para que el aceite se caliente y derrita. En el caso de usar yogurt, esparce inmediatamente en tu rostro. Masajea suavemente tu cara con pequeños movimientos circulares ascendentes, enjuaga con agua tibia. Si consideras que es necesario, repite la limpieza.
Después, tonifica con manzanilla. Esta fase es muy importante sobre todo en Santiago, donde el agua de la llave dificulta la penetración de activos. Así equilibrarás el ph. Deja reposar en agua filtrada y hervida las flores de manzanilla o una bolsita de hierba que puedes encontrar en el supermercado. Una vez fría, aplica con la mano con pequeñas palmaditas o con algodón.
Ahora esparce en tu rostro la miel de manera homogénea, idealmente recuéstate y relájate para que sus propiedades sean absorbidas de mejor manera. Retira luego de 15 o 20 minutos con agua tibia. Tu rostro quedará suave e hidratado. Vuelva a tonificar con manzanilla y, para finalizar, aplica tu crema habitual. Te recomiendo hacer este proceso al menos 1 vez a la semana. ¡Regálate una pausa de desconexión!