Teleférico en Alto Hospicio e Iquique ¿es necesario?
"Detrás de la promoción de los teleféricos está un grupo de conspicuos lobbistas y políticos quienes, desde nuestra perspectiva, promocionan beneficios de estos proyectos que aún no están claramente justificados".
Walter Imilán Claudio Guerra es Investigadores Proyecto “Habitar la ciudad intermedia”, Universidad Central de Chile
El MOP ha vuelto reflotar el proyecto de Teleférico Iquique-Alto Hospicio. La reciente concesión del Teleférico Bicentenario (Providencia-Huechuraba) ha reimpulsado el interés por el proyecto anunciado en 2014 y del que poco se conoce en la región.
Los teleféricos tienen un desarrollo reciente como medio de transporte masivo. En Medellín y La Paz han permitido conectar barrios periféricos y vulnerables con áreas centrales de la ciudad, sortear geografías complejas para el transporte terrestre y a costos bajos. Por esas razones se importa a Chile el nuevo modo de transporte. Pero ¿podría funcionar de forma similar en Iquique-Alto Hospicio?
Alto Hospicio es la ciudad de más rápido crecimiento en Chile. Pasó de menos de mil personas a más de 160 mil, en menos de 30 años. Este turbo-crecimiento ha dejado un déficit inmenso a nivel urbano. No obstante, de a poco se han construido equipamientos e infraestructuras. El teleférico entusiasma a quienes ven en él una inversión moderna, un objeto de distinción para la urbe y su turismo. Pero ¿y de su rol como medio de transporte para la movilidad cotidiana? Es aquí donde surgen dudas: ¿es coherente y pertinente con las necesidades y formas de habitar de hospicianos e iquiqueños?
Si bien existe un problema de conectividad entre esas ciudades, hoy el segundo acceso que conecta Iquique con Alto Hospicio está en su etapa final de construcción, aportando de forma importante a suplir esa necesidad urgente. Segundo, las dos urbes poseen la segunda mayor tasa de motorización en Chile, con 259 vehículos cada mil habitantes con la contracara de un déficit vial extremo. En simple: mucho auto y calles estrechas. Tercero, el argumento ambiental no ha sido demostrado. ¿Cómo se demuestra que el proyecto no incrementará la huella de carbono si se abastece del sistema interconectado? Finalmente, una tarifa de teleférico que no se integre al resto del sistema de transporte público aumentará el costo de traslado entre Iquique y Alto Hospicio. Pero, antes de pensar en la integración – una de las principales críticas al Teleférico Bicentenario por su no adscripción a la tarjeta Bip! – sería necesario introducir un modelo de gestión del transporte público (micros y colectivos) de Iquique-Alto Hospicio hasta ahora pobremente implementado.
Entonces, ¿ayudará a resolver la movilidad cotidiana de sus habitantes? Más preguntas que respuestas. Según un artículo publicado por El Mostrador (09/08/2017), detrás de la promoción de los teleféricos está un grupo de conspicuos lobbistas y políticos quienes, desde nuestra perspectiva, promocionan beneficios de estos proyectos que aún no están claramente justificados.
Las obras de infraestructura requieren conectarse con las necesidades de sus habitantes, responder a los modos en que las personas habitan sus ciudades. La conurbación requiere de un sistema de transporte público integral, que modernice la gestión de su movilidad y optimice los desplazamientos entre ambas comunas. Alto Hospicio necesita incrementar el parque habitacional y la calidad urbana, a través de obras de carácter público al servicio de sus pobladores. Ello es posible si proyectamos la ciudad desde la realidad y las prácticas cotidianas de quienes viven en ella. En efecto, proyectar desde las personas que habitan el territorio y no desde los intereses de quienes cuyo trabajo es vender proyectos urbanos.