El Tanque de Jacqueline
"La sola presencia de la Presidenta de la UDI junto al casi seguro próximo Jefe de Estado brasileño no solo la pone en ventaja en la competencia interna de su partido, sino que la ubica en una posición estratégica para la carrera presidencial".
Jorge Gillies es Académico de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social UTEM.
A veces, la puesta en escena lo es todo en la comunicación política. Algo que los propios políticos olvidan. Ayer se dio uno de esos momentos en que la “mise en scène” se torna un elemento crucial. Tal como en su momento la Ministra de Defensa Michelle Bachelet se subió a un vehículo militar, la visita de Jacqueline van Rysselberghe a Bolsonaro es un golpe a la cátedra en materia de efecto político.
Las palabras poco importan en este caso. La sola presencia de la Presidenta de la UDI junto al casi seguro próximo Jefe de Estado brasileño no solo la pone en ventaja en la competencia interna de su partido, sino que la ubica en una posición estratégica para la carrera presidencial.
Y ello es así porque llegó primero y porque se sentó al lado de Bolsonaro, hablando de temas de Estado, como la perspectiva de un Tratado de Libre Comercio con Chile. Ante ello, no hay mucho más que decir, sobre todo en épocas en la que la comunicación visual y los mensajes breves son determinantes.
En la transmisión televisiva, en todo caso, ni la expresión algo perpleja del Senador Durana, quien la acompañaba, ni la actitud confianzuda de Bolsonaro al enviar un saludo “a Piñera”, lograron empañar el efecto sorpresa generado por van Rhysselbergue. Hoy va J.A. Kast, pero llega segundo.