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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

¿No le gustan tanto los acuerdos señor Piñera? Entonces haga uno para intervenir Carabineros

"Basta de interpelaciones o discursos humanitarios para la galería. Es de extrema necesidad que hagan valer su mayoría, se organicen y creen un proyecto de tal consistencia que el gobierno no pueda resistirse a participar de él y encabezarlo".

Por Francisco Méndez
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Francisco Méndez es Columnista.

Por años nos dijeron que Carabineros era la institución más respetada por los chilenos. Era como si nos contaran lo que debíamos pensar; como si en vez de sentir respeto, nos dijeran que, a pesar nuestro, lo sintiéramos, creyéramos en algo a lo que realmente le temíamos y le tememos. Porque sus integrantes asustan a cualquiera, sobre todo cuando se los empodera más de lo que lo han estado desde el retorno a la democracia.

Este gobierno hizo eso. Luego de conocidas las graves falencias democráticas de la policía verde, Sebastián Piñera y Andrés Chadwick insistieron en el relato noventero que afirmaba que la única forma de mejorar la reputación de la institución era obligándonos a respetarla, poniéndola por sobre cualquier ciudadano y siempre confiando en ella antes de todo. Lo vimos en el caso Catrillanca, con nuestros propios ojos, por lo que no nos pueden decir que no fue así.

Por esto es que cabe preguntarse qué hacemos. Lo más sensato sería intervenir a Carabineros, salirse por un momento de las palabras de buena crianza y democratizar lo que está viciado y podrido, con un acuerdo que sea real y que vaya en beneficio de todos.

¿Por qué digo esto? Porque Sebastián Piñera ha hablado hasta el cansancio de lograr una unidad que solamente va direccionada hacia lo que él y su sector consideran que son los intereses de Chile. Todo ese discurso de los acuerdos nacionales, como siempre, solo acordaba una imposición acerca de lo que se debía consensuar, al igual que en nuestra transición, por lo que no solucionaba nada. Por lo tanto, ¿no será hora de solucionar lo que esa transición dejó amarrado? ¿No será bueno, de una vez por todas, hacer política para que la policía uniformada respete algún estándar democrático? Muchos creemos que sí, que hay cosas que merecen ser desarmadas, y la lógica institucional de Carabineros, debido a su contacto diario con la gente, es la más urgente.

¿Cómo convencemos a Piñera para que haga algo al respecto? ¿Cómo hacemos para que un gobierno que no escucha ni ve más allá de sus intereses, pueda hacer algo de tales dimensiones? Lo más lógico sería lograr que el Presidente vea una ganancia personal en esa acción política. Que visualice en esto el paso definitivo a los libros de historia, cuestión que, hasta el momento, no tiene asegurada por otra cosa que por el simple hecho de haber encabezado un gobierno en dos oportunidades. A ese sentimiento personalista hay que recurrir si es que queremos soluciones ahora.

Pero será difícil. Si hay algo a lo que Piñera se ha aferrado, tomando en cuenta su poca consistencia en todo, es al tema de la seguridad. Carabineros ha sido su armado para simplificar discusiones y acallar los conflictos sociales. Sin ir más lejos, parece que es más conveniente para él y Chadwick tener a institución con los grados de desconfianza que goza por estos días, ya que muchas veces esa desconfianza genera temor, y no hay nada mejor que atemorizar a la población cuando se quiere imponer orden.

Por esta razón es que la tarea debe iniciarla la oposición o lo que queda de ella. Esta es una oportunidad única para que dejen de lado sus personalismos y comiencen a hacer política. Basta de interpelaciones o discursos humanitarios para la galería. Es de extrema necesidad que hagan valer su mayoría, se organicen y creen un proyecto de tal consistencia que el gobierno no pueda resistirse a participar de él y encabezarlo. De lo contrario, el escenario social y político se ve bastante complejo.

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