“Revitalización urbana”, el camino a seguir
"En vez de congelar la ciudad, y restringir usos, alturas y densidad con muy poco criterio, exíjannos a nosotros como inmobiliarias, la cesión de áreas verdes públicas o que promovamos espacios privados de uso público".
Nicole Solé es Gerente General Inmobiliaria Exxacon
La ciudad es un ente vivo y dinámico, que debe ir evolucionando y todos debemos aceptarlo. Reciclaje, reconversión, remodelación y construcción de barrios nuevos buscando la mejora continua, es lo que denominamos “Revitalización urbana”. Es necesario pensar mejor en cómo generar subcentros, que suburbios.
Todos podemos vivir mejor cerca de nuestros trabajos y de la educación de nuestros hijos. Podemos generar una red en nuestra propia comunidad/colectividad para apoyarnos, ayudarnos y fortalecer nuestros lazos, seguridad y convivencia, pero para esto, es necesario aprender de quienes lo están haciendo mejor que nosotros, para poder densificar la ciudad de una manera equilibrada, como lo han hecho -por ejemplo- los países escandinavos.
Respeto por la arquitectura no significa que no podamos seguir haciendo ciudad, se trata de construir una ciudad nueva que aprenda a convivir con la histórica.
Hoy es muy sectario y elitista que existan vecinos que no estén dispuestos a que sus barrios se densifiquen y quieran solo ellos seguir viendo allí. Esto permite oportunidades a miles de otros vecinos que hoy sin densificar la ciudad tendrían que viajar durante horas a sus trabajos.
No tengamos miedo a generar barrios desde cero, y poder levantar nuevos subcentros de usos mixtos y conectividad. Demoler para reconstruir no es aberrante, si se hace bien. No todo lo pasado fue mejor, nuestro presente y futuro y lo que podamos construir en este, sin duda podría ser infinitamente superior. Densificar para congregar.
Yo tengo respeto por la historia y por las antigüedades, pero “viejo” no es “antiguo”. Para reconstruir hay que hacerlo bien y eso significa no quedar a merced de las decisiones de consejos y alcaldes sin experiencia, que basan sus posiciones en el número de votos que pueden lograr, ni menos sometidos a regulaciones tan liberales de las cuales muchos abusan o tan restrictivas que no piensan en el bienestar de la mayoría, como lo es que frente al metro y enfrentando a la segunda avenida más grande de Santiago, no permitan construir más de 5 y 7 pisos y departamentos de menos de 100 m2. Por eso es necesario que exista urgentemente un ente que defina los cambios de la ciudad y que sea un especialista en ello y no se base en el voto futuro de su reelección, ni en la exigencia ni clamor de unos pocos, sino de la ciudad como un todo, buscando la mejor manera y una densidad equilibrada que permita que cada vez más personas podamos vivir en ella y no fuera de ella, en suburbios poco felices, poco equipados y a horas de nuestros trabajos.
En vez de congelar la ciudad, y restringir usos, alturas y densidad con muy poco criterio, exíjannos a nosotros como inmobiliarias, la cesión de áreas verdes públicas o que promovamos espacios privados de uso público. Ese es el camino para una adecuada “revitalización urbana”.