Día contra el Ciberacoso: es hora que la educación se modernice
"El mundo ha avanzado, pero nuestro país y, en particular el sistema educativo, se ha quedado atrás. Es hora de que Chile cuente con una estrategia de educación acorde a estos tiempos y al avance tecnológico".
Cristian Miquel es Abogado y asesor legislativo de Educación 2020
Desde este año, el 14 de marzo fue decretado como el Día contra el Ciberacoso. Esta medida, que hasta hace un par de años parecía impensada, hoy cobra enorme sentido, sobre todo en nuestros contextos escolares. De acuerdo a cifras del Mineduc, las denuncias por ciberacoso en las escuelas han aumentado en casi un 56%, entre los años 2016 y 2018. Y esto, en cierta medida, se explica porque el aumento del uso en las tecnologías no ha ido de la mano con una política educativa en la materia. Hoy un 95% de los estudiantes entre séptimo básico y cuarto medio tiene un celular y un 98% tiene una cuenta en alguna red social[1], pero la mayoría de ellos no ha adquirido las competencias para desenvolverse adecuadamente en el mundo digital.
En términos específicos, el ciberacoso o acoso virtual se define como el uso de las nuevas tecnologías para ejercer acoso psicológico sobre una persona, el que, incluso, puede resultar más peligroso y dañino que las formas de violencia más convencionales, por ser muchas veces anónimo, expresarse en un espacio con llegada masiva y ser agresiones que se mantienen en el tiempo dentro del mundo digital.
Considerando todo lo anterior, la semana recién pasada la Cámara de Diputados aprobó en su primer trámite el proyecto de ley sobre ciberacoso escolar, iniciativa que busca incorporar una serie de obligaciones para que las escuelas se hagan cargo de este tipo de violencia virtual, que incluye cualquier tipo de agresión, hostigamiento, difamación o amenaza que realice uno o más estudiantes en contra de otro, a través del envío de mensajes, publicación de videos o fotografías en cualquier red social, medios tecnológicos e internet. De acuerdo al proyecto, la escuela debe hacerse cargo no sólo de colaborar con las investigaciones penales y acciones civiles que puedan surgir, sino también de establecer medidas preventivas de forma activa para educar sobre el adecuado uso de internet.
En este sentido, como Educación 2020 consideramos que este proyecto de ley constituye un esfuerzo en la dirección correcta, pues aborda la prevención y las medidas de reparación para los casos de ciberacoso en la escuela, enfoque adecuado para aproximarnos a este problema. Sin embargo, no debemos perder de vista que la violencia escolar —en sus distintas expresiones— es un problema que requiere ser abordado de forma integral, desde una perspectiva formativa, que apunte a crear ambientes físicos y digitales seguros, promoviendo una cultura de la paz, ética del cuidado y resolución de conflictos dentro de las aulas. A partir de nuestra experiencia en escuelas, también proponemos el uso de estrategias pedagógicas innovadoras, que permiten que las comunidades escolares interactúen desde otras veredas, incorporando, muchas veces, la tecnología como aliada. En este camino, también consideramos fundamental fortalecer a los equipos interdisciplinarios, duplas psicosociales y encargados de convivencia escolar que prevengan y aborden de manera adecuada las expresiones actuales de violencia.
Junto a lo anterior, creemos que se debe desarrollar una política de educación digital amplia e integrada, que entregue a los estudiantes habilidades para el uso crítico y responsable de las nuevas tecnologías de información, comunicación y conocimiento, con fines éticamente legítimos. En el fondo, necesitamos una política que incluya el desarrollo de aprendizajes fundamentales y habilidades digitales para los estudiantes, lo que también requerirá una adecuada formación docente para estos fines. Además, todo esto debe ser debidamente monitoreado de forma periódica para evaluar los avances en materia de alfabetización digital en nuestras escuelas.
Desde Educación 2020 ya lo hemos dicho: el mundo ha avanzado, pero nuestro país y, en particular el sistema educativo, se ha quedado atrás. Es hora de que Chile cuente con una estrategia de educación acorde a estos tiempos y al avance tecnológico, que permita que los estudiantes se desenvuelvan en el mundo digital con una mirada crítica, responsable, empática y que valore la diversidad.
[1] Según encuesta realizada por TrenDigital, de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica.