La aterrada ignorancia de Alberto Plaza
"Plaza, al igual que quienes lo apoyan, tiene miedo; y no hay nada más peligroso que este cuando se transforma en terror, sobre todo cuando se combina con las incesantes ganas de tener la razón y ser militante del partido de la 'verdad'".
Francisco Méndez es Columnista.
Una vez más Alberto Plaza comenzó a ser tendencia en las redes sociales por decir cosas que no son comprobables. En esta oportunidad, compartió una supuesta cita del alcalde comunista Daniel Jadue, en la que decía querer para Chile el modelo político y económico de Cuba y Venezuela. Esto desató un aluvión de comentarios que el cantautor no supo responder.
Pareciera que Plaza entendió cuál es el negocio en estos días: afirmar cosas sin argumentarlas, ya que la intención de su tweet era advertirnos para que tuviéramos cuidado con el Partido Comunista y sus intenciones en Chile, mostrando una ignorancia respecto a la historia de la colectividad y su comportamiento en nuestras tierras, independientemente de lo cuestionables que han sido muchas de sus lealtades a lo largo del tiempo, ya sea con la Unión Soviética en el pasado y actualmente con la revolución cubana y el régimen chavista. Lo importante era meter miedo y caer en el viejo truco de la amenaza comunista.
Y es que en estos tiempos es más importante hablar fuerte y decir “las cosas como son”, o como se cree que son, antes que detenerse y darle un poco de contenido argumentativo a lo que se quiere decir. Hoy lo “evidente” sirve para levantar discursos que no lo son para nada, ya que los “sinceros” y los “espontáneos” son tal vez la gran fuente de las mentiras que se han instalado en las cabezas de las personas por estos días. El “sentido común” es la herramienta ideológica por excelencia para evitar cualquier profundización al momento de querer entrar en un debate real.
Esto, obviamente, no es solo responsabilidad de Plaza o de Kast, sino también de un progresismo que ha intentado callar las grietas y los antagonismos sociales mediante frases que no hieran; que no visibilicen las verdaderas relaciones entre personas, culturas y clases, dando a entender que, al no decirse fuerte, estas desaparecen y todo queda solucionado, cuestión que no es cierta. Por esto es que la ignorancia derechista ha visto una buena oportunidad en hacer todo lo contrario, en hablar “fuerte y claro” tratando de decirnos que eso es suficiente para emitir una opinión.
Alberto Plaza es eso. Es una derecha que quiere combatir a la izquierda parándose desde la vereda de lo “sincero”, lo que es visible a los ojos de quienes creen que basta y sobra con eso para armar un discurso. Por esto es que la historia reciente de Chile no entra en sus discursos, porque es demasiado compleja y desarma toda aseveración poco racionalizada. Detenerse a ver el rol de los comunistas en la democracia liberal, sería botar por la borda lo que da más réditos entre un sector que está deseoso de jugar a un empate inexistente con unos adversarios que, en tierras nacionales, le han dado bastantes lecciones en materia republicana.
Plaza, al igual que quienes lo apoyan, tiene miedo; y no hay nada más peligroso que este cuando se transforma en terror, sobre todo cuando se combina con las incesantes ganas de tener la razón y ser militante del partido de la “verdad” (esto último también cuenta para el nuevo progresismo). El cantante nacional nos llamó a tener su miedo para así, de paso, hablar desde los “hechos”, sin que ninguno de estos sea comprobable y sin que se requiera comprobarlos, ya que en eso no consiste la discusión, sino en aterrorizar y formar una comunidad en torno a esta sensación tan paralizante pero tan eficaz políticamente.