Las Policías también son sujetos de derechos humanos
¿Quién vela por la seguridad e integridad de estos ciudadanos? Ellos legítimamente lo necesitan. Respondiendo a una realidad de la cual debemos hacernos cargo, por ellos y por la paz y el futuro de sus familias e hijos, me encuentro junto a otros pares, dando impulso a un proyecto que crea un nuevo organismo. Se trata de la “Defensoría de las Policías”.
Cristóbal Urruticoechea es Diputado RN por el Distrito 21 de la Región del Biobío
Generalmente, cuando se levantan las banderas por la defensa de los derechos humanos su alcance ha involucrado la esfera civil. No cabe duda que es un deber del Estado garantizar aquellos derechos que son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición.
Tomando esta definición de las Naciones Unidas, cabe preguntarse si dicho mandato debería también extenderse a otras estructuras como las instituciones uniformadas del país.
En numerosas ocasiones hemos conocido casos de funcionarios de Carabineros de Chile, de la Policía de Investigaciones y de Gendarmería que sufren de manera diaria vulneraciones a sus derechos humanos. Me refiero a agresiones físicas y verbales, tratos indignos, maltratos e incluso perder la vida mientras desempeñan su trabajo, el que paradójicamente busca velar por el orden y seguridad de todos los chilenos.
De hecho, las cifras hablan por sí solas. En el caso de Carabineros, en promedio siete funcionarios de la institución mueren al año y más de 3.000 resultan con heridas de distinta gravedad mientras ejercen sus funciones, de acuerdo a cifras de la policía uniformada dadas a conocer el año pasado.
¿Quién vela por la seguridad e integridad de estos ciudadanos? Ellos legítimamente lo necesitan. Respondiendo a una realidad de la cual debemos hacernos cargo, por ellos y por la paz y el futuro de sus familias e hijos, me encuentro junto a otros pares, dando impulso a un proyecto que crea un nuevo organismo. Se trata de la “Defensoría de las Policías”.
Esta figura tendrá la función de velar y cuidar en el ámbito profesional y personal de los organismos de Orden y Seguridad, además de proporcionar para sus funcionarios apoyo y asesoría jurídica, psicológica y administrativa.
Para cumplir este cometido es muy importante que sea un organismo autónomo, independiente y de derecho público, y que justamente tenga por finalidad la promoción y protección de los derechos humanos.
Si bien, la Defensoría de las Policías ejercerá sus funciones de manera autónoma respecto de las instituciones públicas, mantendrá una conexión y trabajo conjunto con los demás estamentos del Estado de Chile, que se vinculan directamente en la defensa de los derechos humanos. Es el caso del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
A su vez, es clave que el nuevo organismo tenga a la cabeza un director que será designado mediante concurso público, de manera de transparentar el proceso y seguir rigurosamente los procedimientos de selección del Sistema de Alta Dirección Pública.
Invito a preguntarnos si hemos limitado o no la concesión de los derechos humanos bajo consignas ideologizadas. Tenemos que mostrar nuestra empatía y generosidad con una noble institución en sus principios fundacionales. Por eso, con este nuevo proyecto de ley esperamos generar un profundo cambio en la sociedad. Abramos el debate, porque las Policías también son sujetos de derechos humanos.