20 de mayo es el Día Mundial de las Abejas: ¿por qué debemos celebrar?
"Las sequías producidas a causa del cambio climático, la contaminación, los incendios forestales y enfermedades específicas que las afectan también han agudizado las condiciones hostiles que ellas deben soportar"-
Enrique Mejías Barrios es Bioquímico y Doctor en Ciencias de la Agricultura. Investigador y asesor en temas apícolas. Director general de Abeille Consultores.
A menudo escuchamos que las abejas juegan un rol importante en nuestro planeta y que sin ellas desapareceríamos, pero al mismo tiempo desconocemos muchas cosas sobre ellas y la enorme contribución que hacen en nuestras vidas cotidianas.
Comencemos con algunos recuerdos. Varios años antes de la llegada de la televisión por cable y faltando aún décadas para la aparición de las plataformas de streaming, los niños de aquel entonces nos entreteníamos viendo las historias de la tierna y amistosa Abeja Maya, una abeja de miel que vivía intensas aventuras y que siempre entregaba alguna enseñanza para quienes la seguíamos.
Aunque se trataba de un dibujo animado, todo lo que a Maya le ocurría tenía un origen en la vida real. Al igual que nuestra amiga abejita, las abejas de miel viven en comunidades y poseen una jerarquía que les permite definir sus tareas colaborativas y optimizar el trabajo para lograr un bien común, que en este caso es la supervivencia de la colmena. En esta organización social, existe una autoridad que es la Reina y que rara vez se deja ver, salvo cuando sale a hacer el vuelo de fecundación que permitirá el nacimiento de las futuras generaciones. Asimismo, dentro de esta organización existen las abejas obreras como Maya, cuyas tareas incluyen alimentar a las crías, salir a buscar el néctar de las flores y fabricar la miel, entre otras.
Curiosamente, en estas actividades que ellas realizan se encuentran las acciones más beneficiosas para el ser humano y en realidad para todo el mundo, pues contribuyen efectivamente a la polinización de árboles frutales y especies vegetales nativas. De forma paradojal, al efectuar dichas labores se presentan los mayores peligros que las abejas deben enfrentar para lograr sobrevivir.
En la ficción Maya y sus amigos siempre tenían un final feliz; sin embargo, en estos tiempos modernos la realidad para las abejas puede ser brutalmente distinta y adversa. Durante años se aplicaron pesticidas dañinos sobre los cultivos y flores que las abejas visitan y sólo en el último tiempo se han tomado algunas medidas para mitigar esos efectos nocivos a nivel local y mundial. Las sequías producidas a causa del cambio climático, la contaminación, los incendios forestales y enfermedades específicas que las afectan también han agudizado las condiciones hostiles que ellas deben soportar.
A pesar de todo esto, las abejas no pierden el ánimo ni el optimismo y siguen, temporada tras temporada, recordándonos que después de todo el arduo trabajo hecho, ellas habrán ayudado a polinizar muchos árboles y de paso, elaborarán de forma muy noble esa maravillosa y dulce miel que disfrutamos y que nos hace tan bien para nuestra salud. Por lo mismo, ya es tiempo que aprendamos a cuidarlas, agradeciendo la suerte que tenemos de que existan en nuestras vidas. Esa es la única manera de asegurar la existencia y continuidad de las abejas para que sigan siempre presentes enseñándonos a ser mejores habitantes de este planeta, tal como lo hacía Maya en nuestra recordada niñez.