La “contundencia” de una consulta ciudadana autoritaria
"Algunos dirán que en una encuesta ciudadana uno no le puede preguntar la opinión a los no-ciudadanos (menores de 18). Yo pienso que eso expresa un espíritu autoritario. El mismo espíritu que ningunea a todos quienes tienen menos de 18 años al agruparlos y homogeneizarlos como 'niños', y luego impone todo tipo de obligaciones sin invitar ningún tipo de diálogo".
Joaquín Gaete Silva es Profesor de la Escuela de Psicología UAI y director de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica.
Este domingo 28 de junio se realizó una consulta ciudadana llamada “Horario Límite Recomendado”. Se trataría de una medida para prevenir el consumo temprano de alcohol y drogas en adolescentes, según un modelo que sugiere que dicha medida favorece factores de protección y disminuye los de riesgo. Si bien, en lo personal creo que la idea es interesante en principio, -crear un entorno seguro para que los niños se desarrollen-, pienso que el procedimiento de consulta ciudadana fue lamentable.
Probablemente, todos estamos medianamente de acuerdo que la capacidad que un ser humano tiene de actuar libre (y racionalmente) no es la misma a los 2 meses de vida que a los 17 años. Esa capacidad debe educarse, y no se genera sin ayuda del mundo adulto.
Padres y profesores son los primeros encargados de ofrecer oportunidades de toma de decisiones acorde a la edad, para que al llegar a la “mayoría de edad” los sujetos sean capaces (de hecho, y no por decreto) de actuar libremente. Progresivamente, los educadores podemos, y yo diría debemos, incorporar a las personas, desde muy pequeñas, a tomar decisiones al servicio de bienes comunes tales como la sana convivencia y el desarrollo íntegro de las personas. Eso lo saben muy bien los padres y profesores competentes.
En ese sentido, esta “consulta ciudadana” era una excelente oportunidad para construir comunidad; crear condiciones óptimas para la sana convivencia y desarrollo óptimo para todas y todos. Era una oportunidad para continuar creando un sentimiento común de cuidado mutuo entre nosotros, en vez imponer “sentido común” desde fuera (como pretenden algunos “republicanos chilenos”).
Algunos dirán que en una encuesta ciudadana uno no le puede preguntar la opinión a los no-ciudadanos (menores de 18). Yo pienso que eso expresa un espíritu autoritario. El mismo espíritu que ningunea a todos quienes tienen menos de 18 años al agruparlos y homogeneizarlos como “niños”, y luego impone todo tipo de obligaciones sin invitar ningún tipo de diálogo en la toma de una gran cantidad de decisiones, desde usar uniforme hasta no poder votar.
Históricamente sabemos que es extremadamente fácil restringir las libertades de otros; los esclavos y más recientemente las mujeres pueden enseñarnos sobre aquello. Los contundentes resultados de la encuesta a favor de las medidas restrictivas tal vez no sean sino expresión de esta perversión de la consulta ciudadana.
Desde el punto de vista psicológico, te invito a preguntarte en qué medida esta actitud autoritaria en lugar de prevenir, puede que sea parte del problema; en qué medida la exclusión de otros participantes los convierte en excluidos, esto es, en sujetos interesados en poco más que desafiar a la autoridad o al “sistema”.