Humanicemos la migración venezolana, no la politicemos

El día viernes 19 de Julio de 2019 distintos medios chilenos y venezolanos dieron cobertura a una noticia que hacía mención a la solicitud que la autodenominada ¨Comisión de la Diáspora Venezolana¨ en Chile hiciere al Gobierno Chileno a través de una reunión con el Subsecretario del Ministerio del Interior, relativa a la creación de una Visa de Reunificación Familiar para venezolanos.

La noticia hace mención a que el vocero de la supuesta comisión se abroga estar hablando en representación de la Diáspora Venezolana, lo cual es curioso, porque la referida comisión es más un brazo ejecutor del Gobierno Chileno, y se han convertido en unos actores políticos para tratar de dar algún respaldo a las políticas migratorias por parte de la comunidad de migrantes más grande en Chile, la comunidad venezolana.

A este respecto, debo aclarar que ciertamente Chile como país firmante y reafirmante de los convenios y pactos internacionales que contemplan el principio de la protección a la familia y la reunificación de la misma, debe orientar sus decisiones al respeto del mismo.

Llama la atención que a poco tiempo de haberse implementado la exigencia del visado consular de turismo para los venezolanos poder ingresar a Chile y la crisis que todo ello ha traído en las fronteras chilenas y las constantes manifestaciones de los afectados, acerca que se les ha violado sus derechos humanos por la imposición de la medida, la ¨Comisión de la Diáspora¨ en sus redes sociales, único medio de comunicación que utilizan, no se pronunciara al respecto a los efectos de acompañar realmente a la comunidad venezolana tan golpeada por esa medida.

Es curioso que ahora que se ha hecho sentir la molestia de la comunidad venezolana por la imposición de la medida, si se jactan de hacer solicitud de una visa que existe en el ordenamiento jurídico interno chileno para que la misma se aplique a los venezolanos, pues podría ser considerada como una solicitud efectista, para dar la sensación que están trabajando por la gente.

Hay que hacer la salvedad que sí es necesario que se apliquen los instrumentos a favor de la reunificación familiar y en eso no hay duda, pero también es importante hacer la salvedad de que el tema no debe ser politizado y en este sentido queremos alertar a la opinión pública nacional e internacional sobre la necesidad de un pueblo sufriente por la crisis humanitaria que lo afecta, no puede ser utilizada para dar vida o protagonismo a instancias que no han sido capaces de levantar la voz a favor de los intereses de la diáspora, sino a favor de procurar erradamente dar la imagen de una aceptación de decisiones políticas del gobierno por parte de la diáspora venezolana.

Quienes vivimos fuera de Venezuela en cualquier país, debemos cuidarnos de ser utilizados por las fuerzas políticas internas, pues la migración venezolana y las soluciones que ella requiere deben ser en resguardo de los derechos humanos, sin tintes políticos y en búsqueda de una solución global para que los países no se vean afectados negativamente, sino que sea una situación de oportunidades para la migración y para los países.

Por último, haciendo una propuesta positiva, queremos aclarar que las personas que forman la ¨Comisión de la Diáspora”, no las quiero enunciar pues no es un tema de personificar una situación negativa, no son el mejor referente de lo que realmente ocurre con la migración en Chile, ya que están muy vinculados al gobierno y no hay objetividad en sus planteamientos.

En vista de ello,  no debe permitirse, éticamente hablando,  ni debemos permitirnos que muchas organizaciones de la sociedad civil organizada que vienen trabajando por los venezolanos en Chile, no sean escuchadas,  y por lo mismo, pedimos al gobierno chileno que procure la mayor amplitud posible y que antes de tomar decisiones incorporen la opinión de factores que realmente representen el sentir de la migración venezolana en Chile.

Quise hacer a salvedad de lo dicho, pues debemos denunciar en todas las instancias la utilización política de las necesidades del venezolano, para validar inmerecidamente la creación de una instancia de diálogo con un gobierno del país receptor de la migración, en la medida en que la misma no sea utilizada para el bien de la comunidad venezolana, sino para acrecentar la satisfacción de intereses propios y egos personales del lado de los gobiernos o de la diáspora.