La innovación es, más que una moda, una manera de conseguir mejores resultados
"A nosotros nos faltaba algo: la necesidad de resolver problemas que sean útil para alguien. Y es ahí donde la innovación centrada en el usuario hace la diferencia, el desafío a solucionar nace de las necesidades de las personas".
Alvaro García Morton es Consultor Senior en La Caja Roja Magister en Diseño Avanzado y docente.
Hace más de once años que en la consultora La Caja Roja nos dedicamos a ayudar a las empresas a lograr sus objetivos, y a permitir que obtengan mejores resultados. Y hace cuatro que nos adherimos al término “innovación”. Aún no tenemos claro si dicho concepto es percibido positiva o negativamente, ya que como muchas cosas en nuestro país, se convierten en moda, resuenan un par de años en círculos y charlas de empresarios, para luego quemarse rápido.
Recuerdo cuando en el otrora canal católico, el programa Teleduc hacía clases de mercadeo en tiempos en que Japón era el gigante comercial predominante, y se recomendaba aprender su idioma para los negocios a nivel mundial. Posteriormente, y de manera impensada, los nipones fueron desplazados por China. Así términos como sinergía, calidad total, servicios integrales, transformación digital, entre muchos otros, entran y salen de la terminología de las organizaciones. Lo que ha hecho que constantemente nos preguntemos si realmente se entienden y profundizan los conceptos que estos tratan, que sin duda son parte de un noble fin para aprender a agregar valor y dejar de depender como país principalmente de los commodities.
Como señalaba antes, decidimos incluirnos dentro de la innovación para ayudar a las organizaciones a encontrar nuevas y mejores soluciones a sus desafíos, tanto estratégicos como operacionales. Definiciones de innovación hay miles, pero la que nos hace sentido hoy es la de “desarrollar nuevas y mejores formas de hacer las cosas, en función de conseguir objetivos esperados”. Sin embargo, así como existen muchas definiciones de innovación, también existen muchas metodologías para llevarla a cabo. Y dada las características de nuestra cultura, finalmente optamos por desarrollar la nuestra, a la que llamamos M4S, innovación centrada en el usuario. Y así, una vez armados de definiciones y metodologías, pudimos intervenir para mejorar los resultados de varias empresas que, para ser francos, es permitirles darse el tiempo y el espacio para pensar en cómo hacer mejor las cosas, poniendo a los usuarios en el centro (y dejar de mirarse el ombligo). Con el tiempo, hemos descubierto que las empresas cuentan con los recursos necesarios para el desarrollo de soluciones y que las personas involucradas recobran las ganas y se re encantan con su quehacer diario.
La innovación nos ha acompañado como especie desde el inicio de los tiempos, y se ha estudiado como disciplina hace un buen rato. Sin embargo, a fines del siglo pasado, esta estaba asociada a empresas del tipo que descubrían cosas en laboratorios y luego las llevaban al mercado. O, posteriormente y ya en este siglo, a métodos ágiles para probar de manera rápida la efectividad de ideas y su impacto en la sociedad. Pero a nosotros nos faltaba algo: la necesidad de resolver problemas que sean útil para alguien. Y es ahí donde la innovación centrada en el usuario hace la diferencia, el desafío a solucionar nace de las necesidades de las personas.
Algunas ideas podemos tener hoy de los términos que serán la próxima novedad en el ámbito empresarial, pero frente a uno tan manoseado como la innovación, nos atrevemos a decir que es el uso de la creatividad para hacer las cosas mejor. Y es una forma real de crear valor en las organizaciones y solucionar problemas en nuestra sociedad.