Carta abierta en apoyo a los pueblos indígenas del Ecuador
"Donde se deben resolver todos estos conflictos, es en las urnas, en forma pacífica y con la consulta al pueblo, que no puede ser tratado como simple depositario de políticas definidas desde el Estado".
Diego Ancalao es Embajador del foro mundial Indígena y presidente de Fundación Instituto de Desarrollo del Liderazgo Indígena.
Como presidente de Fundación Instituto de Desarrollo y Liderazgo Indígena, expreso nuestro rechazo más absoluto a la represión llevada a cabo por el Presidente Lenin Moreno a los pueblos indígenas del Ecuador. Más allá de las circunstancias que ocasionan el conflicto, resulta inaceptable que en un contexto supuestamente democrático, se recurra indiscriminadamente a una clara violación a los derechos humanos de sus pueblos originarios. Ello, es una pésima señal que se da al mundo entero, utilizando la fuerza desproporcionada del Estado Ecuatoriano, ante la legítima expresión del pueblo en general y los pueblos indígenas en particular, que manifiestan su descontento con medidas de política económica que buscan el beneficio de sectores privilegiados y la sesión de soberanía a un grupo de empresarios.
Del mismo modo, realizamos un fuerte y claro llamado al Presidente Sebastián Piñera a que no se involucre y se abstenga de opinar en conflictos internos de otros Estados, especialmente cuando en ellos, participan pueblos indígenas. En este sentido, el actual gobierno de Chile no tiene ningún sustento moral para pronunciarse sobre materias que no ha sido capaz de resolver ni de enfrentar adecuadamente en su propio territorio.
En efecto, es necesario tener presente que el Presidente Piñera, tanto este como su anterior período de gobierno, ha recurrido a medidas represivas y militares, para enfrentar las históricas demandas de los pueblos indígenas, con una falta de visión que ni siquiera le ha permitido comprender la profundidad y alcance de esta situación. Resulta insólito dar lecciones democráticas a otros pueblos, cuando es públicamente conocido que solo hace pocos meses, un joven mapuche, nuestro hermano Camilo Catrillanca, fue asesinado por las fuerzas destinadas a la protección del orden público.
Le quiero recordar al Presidente Piñera, que hace pocos días, la Cámara de Diputados de Chile, atribuyó la plena responsabilidad política de esos hechos al Ministro del Interior, con el cual él tiene un conocido parentesco. En consecuencia, resulta muy poco serio “mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio”. Al menos habría que sentir algo de pudor, para pontificar frente a otras realidades.
En todo caso, todos sabemos, que el crimen de Catrillanca es solo uno más de los cientos de miles de muertes injustificadas, a lo largo de una extensa y oscura historia de injusticias. Pero reparemos además, que la concordancia ideológica entre Piñera Echeñique y Lenin Moreno, los hermana en sus estilos de hacer política. En efecto, ambos gestionan una economía que sobreexplota al medio ambiente y a las personas, y ubica al desarrollo del capital por sobre los derechos humanos.
De todas maneras, todo parece indicar que en Ecuador aún no se están aplicando todas las medidas neoliberales que ya han sido aplicadas en Chile, como coartar los derechos ciudadanos a costa de beneficiar a un pequeño grupo de personas.
Les enviamos todo nuestro apoyo y un fuerte abrazo, a los pueblos indígenas ecuatorianos y a sus líderes por la lucha digna que están llevando adelante. Efectivamente, resulta claro, que el paquete de medidas económicas que se pretenden imponer, terminará afectando a los de siempre, a los más pobres, a los excluidos y por cierto, a los indígenas.
Confiamos que el pueblo de Ecuador y los pueblos indígenas unidos, sigan adelante defendiendo sus derechos y evitando que se apliquen estos “paquetazos” en democracia. Donde se deben resolver todos estos conflictos, es en las urnas, en forma pacífica y con la consulta al pueblo, que no puede ser tratado como simple depositario de políticas definidas desde el Estado, sin consideración de sus efectos sobre el buen vivir, que buscan los pueblos indígenas en todo el mundo.