Día Mundial de la Eficiencia Energética
"Los efectos del calentamiento global ya son evidentes e innegables, por lo que es urgente que desde el tema energético abordemos todos los frentes posibles para que la energía que utilicemos no solo sea más limpia, sino que también la usemos más eficientemente".
Héctor Henríquez es Director del Área Electricidad y Electrónica de Inacap.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, lo que habla de una conciencia creciente a nivel internacional respecto de la necesidad de un actuar más responsable por parte de todos a la hora de generar, distribuir y consumir la energía que necesitamos para vivir.
En este contexto, es importante aclarar qué es la eficiencia energética y también lo que no es. Eficiencia energética (EE) es un esfuerzo por reducir el impacto de la generación, distribución y consumo energético sin afectar la actividad productiva ni la comodidad de las personas en su vida cotidiana. Esto no está necesariamente relacionado con el cambio de la matriz energética hacia energías renovables no convencionales ni con las llamadas “limpias”, pues el imperativo de la EE no es usar energías menos contaminantes, sino que menos energía en general. Si pudiéramos definirla en una sola frase, para la EE la mejor energía es la que no se usa.
La EE es parte de definiciones estratégicas del Estado chileno respecto de la energía, como la Agenda de Energía elaborada por el Ministerio de Energía durante el gobierno anterior, donde se propuso reducir en un 20% el consumo proyectado al 2025; y la Ruta Energética 2018-2022, bajo la que el presente gobierno fijó diversas líneas para la EE, como la mejora en la eficiencia en las industrias que más la requieren, iniciativas para que los artefactos de uso cotidiano consuman menos energía, atacar desde diversas áreas la calefacción de recintos residenciales y públicos, ciudades más eficientes e inteligentes, y el fortalecimiento institucional de un mercado y de la cultura de la eficiencia energética.
Al alero de estas definiciones y de diversas iniciativas público privado, se han logrado avances a nivel de cultura y sensibilización del tema en la población, como los etiquetados de los electrodomésticos, el proyecto de ley de eficiencia energética que se encuentra en trámite, o la decisión de que el país sea carbono neutral al 2050. Es más, ya está cuantificado que para alcanzar un escenario sostenible, se necesita que casi 40% de la reducción de emisiones provenga de proyectos de eficiencia energética, y se ha demostrado que las empresas que cuentan con un Sistema de Gestión de Energía están obteniendo ahorros anuales de 4,5%. Sin embargo, aún quedan desafíos importantes por abordar.
Uno de ellos es la reconversión y capacitación de los miles de profesionales del sector energía, que han sido formados durante décadas y que en su momento no recibieron nociones ni herramientas acerca de la EE y las han adquirido a pulso, y si es que. En efecto, el gobierno se ha fijado el objetivo de capacitar a seis mil técnicos y profesionales del rubro –y desde Inacap podemos decir orgullosamente que estamos aportando en ese esfuerzo–, pero se necesita una mayor coordinación para llegar a todas las personas que se debe llegar, y contar con un capital humano consciente, comprometido y capacitado en las demandas de la Eficiencia Energética.
Otro desafío importante es la necesidad de una mayor sensibilización de parte de los tomadores de decisiones respecto de las posibles ventajas de la adopción de prácticas y estándares de EE, aún existiendo alternativas razonables para su implementación. Por ejemplo, la metodología ESCO –que permite realizar intervenciones en pos de la eficiencia y que no precisa de inversiones extra sino que se paga con los ahorros generados respecto de la situación original– todavía puede crecer bastante en la penetración de nuestro mercado, y para que eso ocurra se necesita de la voluntad de quienes deben impulsar la EE desde la toma de decisiones.
Los efectos del calentamiento global ya son evidentes e innegables, por lo que es urgente que desde el tema energético abordemos todos los frentes posibles para que la energía que utilicemos no solo sea más limpia, sino que también la usemos más eficientemente.