Qué es lo que rechazo: la polarización y sus nefastos efectos
"Lo que rechazaré es ante todo el proceso que lleva a la división y el desprecio que el implica a las instituciones democráticas encargadas de promover el diálogo".
Rodrigo Pablo es Abogado Universidad Católica.
Lo peor del entuerto constitucional es que solo sirve para generar incertidumbre en el corto plazo y polarizar al país en el largo. No creo que haya grandes cambios entre el texto de la constitución actual y el que se aprobará si gana el Apruebo; las limitaciones que se han impuesto al organismo encargado de la redacción dan poco espacio para modificaciones radicales y creo que en varios puntos relevantes se impondrá la voz de los expertos. Sin embargo, la polarización y el hecho de que estamos cayendo en lo que se denomina política de tribus son fantasmas que nos perseguirán durante años, afectando nuestro desarrollo político, económico y social.
Estos males proliferan cuando se debilitan las instancias deliberativas, las personas se refugian en grupos homogéneos y se generan posiciones dicotómicas (Apruebo o Rechazo algo total y poco claro). Aquí muchos no votan según qué es lo mejor para el país, sino según dogmas de pertenencia a algún grupo. Así, actúan como soldados en guerra y no buscando lo mejor para todos los miembros de la sociedad, reconociendo valor a sus detractores.
Esto mata el dialogo, deshumaniza al rival y lleva a evaluar el mundo según el decir: “él que no está conmigo está contra mí”. Algunos ejemplos de esto son un columnista de El Mercurio que llamó a quienes van por el Rechazo “élites satisfechas enemigas de cualquier cambio” “cuyos intereses” son “siempre materiales” y “minoritarios”; una cómica que se refirió a ellos como “huele peos de dictador”. Ambas expresiones llaman a la división y a no ver en el rival político a otro ser humano sino a un enemigo. Asimismo, varios personeros de la izquierda reaccionaron tildando de traidores a un grupo de miembros de la exConcertación, que enviaron una carta apelando a los acuerdos. Así, no se acepta la disidencia ni la pluralidad de visiones necesarias para la política. Para que hablar del aumento de enfrentamientos y vandalismo que asola las calles, y del abuso de la expresión “campaña del terror” para referirse a cualquiera que levante argumentos en contra de la postura del Apruebo.
La historia de la humanidad está plagada de sucesos que muestran cómo esta mentalidad se enquista en los países y los llevan a enfrentamientos crónicos; generando ciclos de paranoia y persecución. Un ejemplo bien estudiado es la Revolución Francesa, que ha resurgido en múltiples momentos de la historia de Francia, implicando matanzas, caídas de gobiernos, dictaduras militares, un alto nivel de clasismo, baja movilidad social, un empoderamiento rápido de partidos extremos. Asimismo, en Chile, nuestra política no ha podido despegarse de la división y el tribalismo que la violencia de los años 60s a 80s impuso, y para muchos hoy estamos en un nuevo round de lo mismo.
Si queremos salir adelante como país no podemos caer en esto. Los grandes líderes sociales de la historia reciente se han caracterizado por romper esta política de tribus y crear el relato de un país de todos. Esta fue la gracia de Martin Luther King en los Estados Unidos, quien logró movilizar tanto a negros como a blanco apelando a la igualdad de todos los seres humanos. Algo similar hizo Mandela en Sudáfrica. En nuestro país, este fue el gran éxito de Aylwin, quien logró sobreponerse a la división de los años anteriores y lograr arreglos democráticos con las diversas facciones de la sociedad chilena.
En la actualidad, Chile se halla ante la disyuntiva de dejarse llevar por el fanatismo o proteger la deliberación democrática. Contamos con los mecanismos necesarios para lo segundo, los cuales deberían bastar para reformar la Constitución en todo lo que sea necesario, manteniendo la sana convivencia.
Por esto votaré Rechazo. Lo que rechazaré es, ante todo, el proceso que lleva a la división y el desprecio que el implica a las instituciones democráticas encargadas de promover el dialogo.