Desinformación, la otra pandemia del año 2020

La desinformación se propaga como un virus. En Mala Espina Check, proyecto de fact checking que nació en noviembre de 2019, se han detectado casi 50 mentiras en cuatro meses.

Estas pasan desde sofisticadas falsedades, con un relato al borde de la credibilidad, hasta otras muy burdas en que se utilizó la fotografía de actores porno extranjeros para hacer creer que son doctores combatiendo el coronavirus, y que generan risa fácil.

Al igual que un virus, la desinformación la detenemos entre todos. Para eso es bueno pensarlo dos veces antes de compartir una noticia y tener a la mano las herramientas necesarias para chequear información.

Por eso la invitación es a desarrollar la capacidad de cuestionar lo que nos están contando, sobre todo cuando algo parece muy llamativo, increíble o una solución mágica para curar el coronavirus, como hacer gárgaras con agua caliente o tomar jugo de limón.

Hoy día existe una máquina de crear noticias falsas en redes sociales que es difícil de identificar y compleja de hacer frente, ya que la mayoría de las veces el mensaje que contiene una falsedad se viraliza con mucha más fuerza que su desmentido.

En momentos de crisis, por ejemplo, esa difusión de informaciones falsas se acrecienta con facilidad, toda vez que la ciudadanía se encuentra más sensible a compartir noticias incendiarias y presa de la ansiedad busca dar el golpe noticioso. Ocurrió, por ejemplo, con el accidente del avión de la Fach hace algunos meses, donde en un solo día se replicaron varias fake news sobre el tema.

Por eso, en la actualidad es más necesaria que nunca la herramienta de chequeo de datos y aplaudo que varios medios estén trabajando en eso, convirtiendo el fact checking en una tendencia mundial.