Cisnes Negros y Fragilidad
¿Qué es un cisne negro? Es una distinción que trae a la mano Nissan Nicholas Taleb (Black Swan), son eventos que se caracterizan por (1) Su rareza, porque habitan fuera del ámbito de las expectativas normales, nada (o casi nada) del pasado puede anticipar en forma convincente la posibilidad de ocurrencia, (2) Produce un impacto enorme, finalmente (3) pese a su condición de rareza, la naturaleza humana hace que construyamos explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que se hace explicable y predecible. Esto ultimo se parece mucho al refrán que dice: “Todos somos generales después de la batalla”.
Como podemos verificar, Chile no fue víctima de un solo cisne negro que corresponde al 18-O, además se sumo el coronavirus, dos cisnes negros en un espacio de menos de 6 meses.
La pregunta de ¿cómo no los pudimos anticipar? tiene que ver con una incapacidad biológica humana. No sabemos cómo será el futuro, podemos hacer especulaciones, presupuestos y estimaciones, pero todas son falibles y con poco fundamento.
Estamos viviendo una época en la que el cambio cambió de una evolución lineal pasamos a una exponencial, como las cifras de contagio del COD-19 lo demuestran. Pasamos de una época que se caracterizaba por la certeza, los presupuestos de largo plazo, certidumbre, carreras para toda la vida, baja rotación, baja conectividad, grandes corporaciones y donde el tamaño siempre importa a otra en la cual nos enfrentamos a otro escenario dominado por la incerteza, los presupuestos de corto plazo, la incertidumbre, varias carreras en la vida, alta rotación, alta conectividad, menos es mas, mundo Lean, flexibilidad, ligero de equipaje, costos fijos a costos variables, entre otras condiciones.
La pregunta es ¿cómo reacciono nuestro país, la sociedad y la economía ante este nuevo desafío?. La respuesta es que no estábamos preparados, había síntomas, evidencias y síntomas que algunos agoreros del desastre ya presagiaban, pero los ha habido siempre desde los tiempos de Nostradamus. Siempre podemos avizorar nubarrones negros en el horizonte, en algún momento le apuntaremos.
Los fenómenos antes mencionado los podemos conectar, nuevamente acudiendo a Taleb, con la distinción de fragilidad. Lo frágil se ve afectado con fenómenos tales como; el ruido, los golpes, la incertidumbre, la variabilidad, el conocimiento incompleto, el azar, el caos, la volatilidad, el desorden, la entropía, el tiempo, la aleatoriedad, el desconocimiento y el error, todo los anteriores signos indesmentibles del presente que estamos viviendo. Haciendo historia y conectando con el gran filosofo presocrático Heráclito de Éfeso, quien 2500 AC ya nos anticipaba que “nadie se baña dos veces en el mismo río”. La evidencia nos ha mostrado dolorosamente cuan frágil es el país que hemos construido, no basta compararnos con otros que están sufriendo igual o peor. Es cierto que en Chile no solo hemos sufrido un cisne negro sino dos.
El desafío es salir fortalecidos de esta tormenta perfecta diseñando una sociedad antifrágil, esto es, que se vea beneficiada por este nuevo mundo que estamos viviendo y que se caracteriza por las condiciones antes definida y que podríamos reducir a un “no sabemos que no sabemos”. Lo anterior exige a nuestros líderes y a la sociedad como un todo reconocer nuestra vulnerabilidad y adquirir nuevas habilidades que nos permita salir adelante en este nuevo escenario, mayor solidaridad, menor glotonería y ambición personal, mejores estándares éticos, finalmente, reconocer al otro como un legitimo otro.