Día Nacional de la Cocina Chilena en contexto de Pandemia
"La preparación de nuestros platos típicos puede ser una gran excusa para compartir en familia, y el actual contexto puede ser una gran oportunidad para transmitir este conocimiento a la generación siguiente".
Patricio Qüense es Director del Área Hotelería, Turismo y Gastronomía de Inacap.
En 2009 se instauró que cada 15 de abril se celebraría el Día Nacional de la Cocina Chilena, con el fin de reconocer y poner en valor nuestro patrimonio natural y cultural que se reúne en torno con la cocina y que nos hace a todos más conscientes de su importancia en nuestra vida cotidiana.
Si bien es cierto que este año nos habría gustado celebrar a nuestra cocina de otra manera, reuniéndonos y conversando en torno a platos de comida, hoy es momento de ser responsables y de cuidarnos para cuidar a otros. Por ello, lo que corresponde es quedarnos en casa y aprovechar las oportunidades que ello nos brinda para conocer y disfrutar de nuestra gastronomía.
El confinamiento nos da el tiempo y la posibilidad de compartir en familia en torno a la cocina y a la preparación de los platos preferidos de nuestra infancia, los que hemos dejado de lado por las circunstancias de la vida cotidiana. La nuestra es una cocina simple y versátil, que no requiere ingredientes rebuscados y que puede prescindir de algunos de ellos si llegan a faltar. Por ello, la preparación de nuestros platos típicos puede ser una gran excusa para compartir en familia, y el actual contexto puede ser una gran oportunidad para transmitir este conocimiento a la generación siguiente.
Como institución formadora, pionera y líder en la profesionalización de la gastronomía en nuestro país, el contexto actual nos golpea particularmente. Si bien entendemos que las clases a distancia son la única alternativa viable en el actual contexto, también compartimos la inquietud de nuestros estudiantes –y sobre todo los de primer año– por no estar en las cocinas donde efectivamente se aprende a cocinar.
Por esa razón, invitamos a nuestros alumnos y a los de otras instituciones a no desanimarse, a sacar provecho de sus clases a distancia, y a aprovechar el tiempo que les quede para investigar sobre historia, estándares y ciencia relacionada con los alimentos; hay mucho que aprender –incluso en estas circunstancias– y esos aprendizajes pueden tener un impacto perdurable en su formación y en su vocación de cocineros.
Cierro estas palabras manifestando mi convicción de que vendrán días mejores para el rubro gastronómico nacional, en los que gradualmente se reactivará la oferta de restaurantes en la medida que lo permita la recuperación económica, y mi invitación es a que nos sigamos preparando y formando porque nuestro país lo necesita más que nunca.